Revista Arte

El bosque brotado

Por Ana Undurraga

El bosque brotado

Boletus pinicola

Cuando yo era niña dedicaba los sábados de otoño a ir con mi padre a recoger setas. Era muy agradable encontrarlas, reconocerlas y llevarlas a casa para comerlas. Era una época en la que apenas se salía al campo a estos menesteres y muy poca la gente entendida en la materia. De hecho, yo recolectaba muy pocas de las comestibles que conocíamos, apenas tres o cuatro especies. Existía mucho desconocimiento y temor a su consumo, por las frecuentes intoxicaciones que siempre se comentaban.

El bosque brotado

Amanita muscaria

Hoy en día todo ha cambiado, todo el mundo es especialista y los campos y bosques son peinados a la búsqueda de setas. Llega el otoño y se ven aparcados los coches a los bordes de los caminos y carreteras, incluso se fletan autobuses. Para muchos es un rentable negocio por el aprecio gastronómico de estos frutos del bosque y no dudan en rastrillar los montes a la madrugada, allí con las primeras luces y ayudados por sus frontales de luz. Es tal el nivel de conocimiento y divulgación de este mundo, que las conversaciones entre los seteros se llenan de latines, todos especialistas, como en el fútbol. 

El bosque brotado

Russula sp


Hasta tenemos aplicaciones en los móviles para la búsqueda de la setas, para su reconocimiento. Se acabó eso de llevar a la tumba los lugares secretos de recolección, ahora tenemos el GPS. Pero, quizá llegue un momento en que no haya setas para todos, somos tantos...

El bosque brotado

Ramaria sp.


El bosque brotado

Laccaria sp.

El bosque brotado

Mycena sp

El bosque brotado

Amanita muscaria


El bosque brotado

Macrolepiota sp

El bosque brotado

Lycoperdon sp

El bosque brotadoEl bosque brotado

El bosque brotado

Macrolepiota sp.



El bosque brotado


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