Revista Ciencia

El bosque mediterráneo i: flora mediterránea

Por Emilio José Orovengua López @naturablogger
En esta primera parte , intentaré hablar de la forma general, pero a la vez lo más rigurosa posible, sobre lo que comprende el ecosistema mediterráneo, sobre todo el extremeño, incluyendo, claro ésta, su Flora y Fauna y la importancia que tienen plantas y animales para el mantenimiento del equilibrio ecológico en el bosque mediterráneo, sin dejar a tras la incidencia que ha tenido y tiene el hombre sobre este tipo de hábitat tan peculiar.
El bosque mediterráneo gobierna la mayor parte del territorio español, a excepción de la franja norteña donde el clima y las condiciones ambientales son distintas y donde reina sobre todo el clima y el Bosque Atlántico. A su vez, el bosque mediterráneo está caracterizado por un clima donde destaca la irregularidad de las precipitaciones a la largo del año, según la cual los meses más lluviosos se corresponden con el otoño y la primavera, seguido de un verano seco donde las precipitaciones brillan por su ausencia y es cuando se dan las mayores temperaturas.

En esta primera parte les contaré algo sobre la flora que adorna nuestro bosque mediterráneo, haciendo una clasificación de los vegetales más representativos y de la importancia que tienen en relación a otros organismos. De forma general, el bosque mediterráneo es un ecosistema formado básicamente por plantas perennifolias y una gran diversidad del estrato arbustivo.

Todo el bosque mediterráneo está adaptado para sobrevivir al exigente clima que éste posee, y sobre todo la mayoría de sus adaptaciones van encaminadas a evitar la perdida del agua en los calurosos días de verano. Están adaptadas a la extrema sequía y para ello han desarrollado una serie de estructuras que les permiten sobrevivir a la sequía del estío. La más sobresaliente es que todos los árboles mediterráneos poseen hojas esclerófilas, es decir, hojas con una cutícula dura e impermeable para no perder agua. También poseen unos estomas (válvulas de transpiración en las hojas) que se sitúan en el envés de la hoja (parte de abajo) en unas pequeñas cavidades rodeadas de pelos.

Los árboles más representativos son :

La Encina (Quercus rotundifolia), pertenece a la familia de las Fagáceas. Posee un tronco grueso y corto, con una copa que se distribuye ampliamente y su fruto es la bellota. Es un árbol perfectamente adaptado a vivir sobre los suelos más dispares y con condiciones climatológicas muy versátiles ( está mejor adaptado que el alcornoque).


EL BOSQUE MEDITERRÁNEO I: FLORA MEDITERRÁNEA

Encina


El Alcornoque (Quercus suber), pertenece a la misma familia que la encina, pero tiene características propias que lo diferencian de la encina. Aunque su porte y tamaño es muy similar al de la encina, se distingue porque su corteza es mucho más gruesa de donde se extrae en corcho o suber. Su fruto es la bellota y aunque es un árbol típico español y portugués, también se encuentras en otras zonas como las Balcánicas. Es un árbol adaptado al clima mediterráneo, pero no se encuentra en suelos cálcicos (con cal). Puede decirse también del alcornoque que es uno de los árboles más evolucionados del bosque ibérico, ya que el corcho no es sido una protección contra el fuego que esta especie de fagácea a desarrollado a lo largo de los siglos.

EL BOSQUE MEDITERRÁNEO I: FLORA MEDITERRÁNEA

Alcornoque


También hay Acebuches (Olea europeae), Castaños (Castanea sativa y Aesculus hippocastanum) y otros muchos árboles no autóctonos de este bosque, que aunque no son tan representativos como la encina o el alcornoque, cumplen una función vital para el mantenimiento de este bosque.

Pero si algo distingue el bosque mediterráneo del resto de ecosistemas es la de plantas arbustivas y matorrales, todos consecuencia de la degradación y la degeneración de bosques enteros de encinares y alcornocales :

Jarales : La presencia de jaras en el ecosistema mediterráneo es debido a la degeneración de encinas y alcornoques. Puede decirse que los jarales son sustitutos de bosques. Habitan en suelos ácidos haciendo difícil la proliferación de otras especies. Principalmente ocupan las extensiones de bosques que han sido arrasadas por el fuego. El jaral mediterráneo está constituido básicamente por una especie, la Jara Pringosa ( Cistus ladanifer).

EL BOSQUE MEDITERRÁNEO I: FLORA MEDITERRÁNEA

Flor de la Jara Pringosa


Madroñales : Los madroños son arbustos con un tamaño considerable y que habitan lugares frescos de las sierras donde antes existía el alcornoque. Los madroñales están compuestos básicamente por una especie, Arbustus unedo. 

EL BOSQUE MEDITERRÁNEO I: FLORA MEDITERRÁNEA

Madroñera llena de madroños


Brezales : Aunque su distribución y su abundancia no es mucha, reina sobre todo en las umbrías de las sierras, en lugares frescos y con una cierta humedad. Su especie más sobresaliente es la Erica australis

EL BOSQUE MEDITERRÁNEO I: FLORA MEDITERRÁNEA


Brezal en la umbría serrana

Escobonales y Retamares : De forma general, predominan en los llanos mediterráneos las Retamas (Retama sphaerocarpa), acompañada a veces por Escobonales de la especie Cytisus scoparius. Ambas especies son beneficiosas para el pastoreo y la ganadería, ya que poseen la capacidad de fijar nitrógeno atmosférico gracias a unos nódulos que poseen en sus raíces y que permite obtener a la planta una sencilla y beneficiosa fuente de nitrógeno en forma de amoniaco que posteriormente utilizará para formar las partes verdes de la planta (sobre todo hojas).

EL BOSQUE MEDITERRÁNEO I: FLORA MEDITERRÁNEA

Retama en plena floración


Junto con los Tomillares, Cantuesales y algunos Tamujares, todos estos sistemas de matorral adornan el suelo del ecosistema mediterráneo, acompañados en las alturas por encinas y alcornoques, fundamentalmente.

Su importancia ecológica para el mantenimiento del ecosistema mediterráneo es vital. Los grandes árboles como encinas y alcornoques alimentan la fauna omnívora y herbívora del bosque mediterráneo con su energético fruto, la bellota, además de servir como lugar de anidación de multitud de rapaces mediterráneas entre las que destaca el Águila Imperial Ibérica . El matorral mediterráneo por su parte permite la supervivencia de innumerables animales (sobre todo aves) durante la estación fría, además de ser el refugio o cobijo de muchos micromamíferos, gracias a la producción de frutas y frutillos tales como madroños y bayas de distintas clases. Esto a provocado que las aves de pequeño tamaño cambien su hábito alimenticio durante el invierno para no tener que migrar a otros lugares en busca de su sustento habitual. Y aquí es donde radica la importancia del matorral, gracias a éste hay vida en el bosque mediterráneo durante el invierno. Pero además de servir de alimento a pajarillos, los frutillos también permiten la supervivencia de carnívoros...


©Emilio J. Orovengua.

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