Los que me conocéis de hace tiempo ya sabéis que junto a la lectura mi gran pasión es la cocina, me gusta meterme entre fogones, experimentar con platos, sorprender a mi familia y a mis amigos, a los que suelo usar de conejitos de indias cuando algo me ronda la cabeza. Así que no es de extrañar que sucumba ante el llamado noir gastrónomico.
Además a Xabier Gutierrez lo descubrí en 2015 con El aroma del Crimen, que todavía no he reseñado pero no descarto hacerlo dentro de la Yincana Criminal que este año se celebrará el segundo semestre, para darle un poco más de margen de arranque a la Yincana Histórica. Decía que el autor me dejó buenas sensaciones con esa primera novela, en la que la cocina tenía más protagonismo que en El bouquet del miedo, en el que se lo lleva el vino, tanto en su cata como en su elaboración.
No voy a decir que sea una experta en el mundo del vino, porque mentiría, ni siquiera una gran enamorada, papel que se lleva mi marido, yo solamente puedo decir que disfruto del vino blanco, y de los saraos que se montan en torno al mundo de las catas, y de la gente que entiende o pretende entender. Quizás como dice mi sobrina todavía no he probado bastante el tinto para que llegue a gustarme, o quizás soy de sabores menos intensos.
No podría ser pues de otra forma que Vicente Parra y su hijo Alberto me hayan conquistado a partes iguales, y como no, el abuelo Martin, personaje que se deja ver en esta novela más que en la otra, que a los librófilos nos tiene que enamorar por su profesión y por la forma que tiene de entenderla. Casi me ofrezco para hacerme cargo de su LIBRE RIA, y no no se me han ido los dedos, ese espacio en blanco está bien puesto, pero habréis de descubrir porqué si os pica la curiosidad.
El autor:
Xabier Gutierrez nació en San Sebastián en 1960, es cocinero, psicólogo y escritor. Dirige desde
1990 el departamento de innovación del Restaurante Arzak en San Sebastián, además de asesorar a empresas del sector de la alimentación, colaborar con los medios de comunicación e impartir clases en el máster de innovación y gestión de restaurantes del Basque Culinary Center. Ha publicado doce libros de cocina y cinco ensayos sobre estética culinaria.
Ha sido galardonado con el Premio Nacional de Gastronomía y el Best World Cookbook Award. Tras publicar su primera novela El aroma el crimen (Destino 2015) Gutiérrez repite escenarios y personajes en El bouquet del miedo, la segunda entrega de la serie de noir gastronómico protagonizada por el subcomisario Vicente Parra.
Página web del autor:
www.xabiergutierrezcocinero.com
Sinopsis:
En pleno mes de septiembre, tiempo de vendimia, y a pocos días para que empiece la recolección de la uva, al subcomisario de Ertzaintza Vicente Parra le asignan la investigación del asesinato de la enóloga Esperanza Moreno, encargada hasta entonces de la elaboración del vino en las Bodegas Sáenz de la finca Marbil, una de las más prestigiosas haciendas de La Rioja, y productora del apreciado vino VVV. Su cuerpo ha sido hallado sin vida en su piso del barrio del Antiguo de San Sebastián, en medio de un charco de sangre y con la garganta seccionada. Todo parece indicar que se trata de un crimen pasional, cuando a las pocas horas de encontrar el cadáver desaparece el novio de la víctima, Roberto, operador de cámara en uno de los programas de televisión de cocina más exitosos del país y dirigido por un afamado cocinero.
El subcomisario Parra tendrá que dilucidar quién puede estar detrás de ese crimen, a la vez que la búsqueda del paradero de Roberto se convierte en una carrera contrarreloj para solucionar el caso.
Mis impresiones:
Como ya os he dicho soy una gran enamorada de la cocina, de las innovaciones, y aquí entre fiambre y fiambre se sientan a la mesa a disfrutar de un buen yantar. Además Xabier a través de Alberto y de Françoise, su madre, nos revela trucos culinarios que vienen muy bien, pone de manifiesto asociaciones de sabores que parecen imposibles pero que maridan a la perfección, y esas cositas reconozco que me apasionan. También el subcomisario, hombre acostumbrado a la cocina rápida y que poco a poco se está convirtiendo en un gran gourmet, a pesar de no acercarse a los fogones para nada, tiene unas salidas muy apropiadas para que Xabier nos haga participes de esos truquitos que tan bien sabe camuflar en sus libros, y que seguro que hacen las delicias de lectores que como yo disfrutan entre ollas, especias, condimentos y materias primas de lo más variopintas.
Si la cocina tiene un papel importante, también la profesión, puesto que Alberto ya es un chef de cocina reputado, y comienza a plantearse los inconvenientes de su profesión, que por cierto es bastante absorbente. Supongo que es necesario que cuando uno es joven, a pesar de disfrutar del trabajo que ha elegido, llegue a plantearse si realmente esa es la vida que desea, y en este libro a Alberto lo noto muy quemado, así que habrá que esperar a la nueva entrega a ver si volvemos al fast food o seguimos disfrutando del buen hacer de este muchacho.
Xavier Gutierrez conoce muy bien el mundo de la hosteleria, no en balde es cocinero y jefe de investigación de la cocina de Arzak, de las exigencias de un servicio nos habla a través de Alberto, pero también usa otro cocinero mediático, este se dedica a hacer programas de televisión y de esa manera nos revela los entresijos de este mundillo, como se presentan los alimentos para que nos llamen la atención, como se ruedan los planos para que nos resulten más apetecibles, como cuando el chef comienza a grabar el programa todo está medio preparado.
Me ha parecido ver un guiño a los programas de cocina de Karlos Arguiñano, aunque igual es porque lo he seguido durante mucho tiempo, lo digo por la huerta al lado del set de grabación, porque nuestro cocinero no me parece que tenga el mismo don de palabra que el susodicho. Con estos guiños a ese mundo que el conoce a la perfección y maneja casi a diario, nos sumerge en otro que a nosotros no tiene el porque resultarnos conocido, el vino, la vendimia, los enologos, las cosechas, los instrumentos de vendimia, las barricas... las rencillas entre bodegas y bodegueros, un mundo que me ha resultado como poco fascinante.
Un valor añadido para mi lo tiene la ubicación de la bodega Saénz en el pueblo alavés de La Guardia, un enclave precioso de La Rioja alavesa que tuve el placer de visitar hace un par de veranos y al que volvería con los ojos cerrados. Xabier Gutierrez ha sabido transportarme a esa tierra, al color de la uva, al dulzor de ese grano en su punto, al interior sombrío de esas bodegas en las que se prepraran las cubas de fermentación, a la capilla, ese lugar reservado solo a los propietarios en los que se guardan las botellas más valiosas.
Si nunca has ido a La Guardia sentirás deseos de pasearte por sus calles, por sus alrededores alfombrados de vides, yo fui en verano, todavía no había mucho movimiento, visité bodegas y hasta un museo del vino, lástima que no me fijé en los corquetes, término que he aprendido en esta novela. Vicente Parra es un gran enamorado del mundo del vino incluso se está haciendo su propia bodega, y dedica un pellizco considerable de su sueldo a aprovisionarla de los mejores caldos, así que ya podéis imaginar el mimo que pone el autor al describir ese mundo.
Cómo he disfrutado con las notas de cata, y con los guiños de burla que dedica el abuelo Martin al resto de comensales, menos mal que este mundo ya no me es tan ajeno, porque algunas veces me he juntando con gente que disfruta buscando los matices a un caldo antes de dar cuenta de él.
En torno a este mundo y con la muerte de la enóloga de las bodegas Saénz, se inicia una investigación que unirá el mundo del vino con los programas de televisión del cocinero mediático. Durante toda la trama nos serán desvelados los secretos de una familia con solera vinicola, las rencillas con sus competidores, las traiciones y los odios encubiertos. El mundo de la vendimia que en esta supone todo un ritual para garantizar que será la mejor cosecha del año y por tanto el mejor vino.
Xabier Gutierrez nos presenta personajes complejos, llenos de matices y recovecos, todos y cada uno de ellos guardan fantasmas dentro del armario, ninguno es lo que parece, y desde el primer momento empezaremos a sospechar de unos y de otros y mientras tanto un desaparecido pone en jaque a toda una empresa de comunicación y saca lo peor de la jefa de producción, con la que es difícil, muy difícil empatizar.
Los personajes:
Las novelas de Xabier son autoconclusivas con lo que no es necesario leer la anterior para disfrutar de un nuevo caso. Pero para mi si es indispensable, puesto que hay personajes que se mantienen de una novela a otra y que van evolucionando y sus relaciones se nos quedan cojas que si no hemos asistido a su presentación.
Fijos:
Entre los personajes que se mantienen novela a novela, al menos en la primera y la segunda están
Vicente Parra: Subcomisario de la Ertzaina, un hombre bastante reservado, que poco a poco va abriéndose más a su familia y por lo tanto al lector. Gran apasionado de los vinos, dedica un gran porcentaje de su sueldo a coleccionar botellas. Casado con Fraçoise forman un matrimonio un tanto extraño con muchos silencios y zonas vedadas, sobre todo lo que se refiere al primer enlace de ella.
Françoise: Trabaja en la universidad, experta en el mundo azteca, es quién más apoya a su hijo Alberto, y colabora para que entre ellos no se haga más grande la brecha que los separa. Es una gran pinche y tiene unas salidas muy airosas
Alberto Parra: Cocinero de profesión, tiene más afinidad con su abuelo Martin que con su padre al que nota distante, tiene una relación de complicidad con su madre que se desarrolla entre los fogones de la casa y en la mesa, donde han logrado convertir a Vicente en un verdadero gourmet.
Martin Parra: En esta novela se destapa mucho más y es entrañable su historia, nunca ha sabido acercarse a su hijo, sus caracteres contrapuestos tienen gran parte de la culpa, Martin es soñador y Vicente pragmático. Pero a este personaje vais a tener que descubrirlo vosotros.
Los especificos de El bouquet del miedo:
Esperanza Moreno: de ella lo conoceremos todo, su físico, su empuje, sin embargo nada es lo que parece y tendremos que esperar a los giros que da la trama para descubrir su verdadera forma de ser, sus dobleces.
Roberto: El novio de Esperanza y cámara del programa de televisión de Aitor, Otra caja de sorpresas que iremos conociendo por los comentarios de unos y de otros, desde el más amable de su padre, hasta el más ruin que va maquillado de la directora de producción, y entre medio su psicóloga con la que mantiene una relación de dependencia algo extraña.
La familia Saénz: Del primero al último ninguno tiene desperdicio y esconden secretos, traiciones y mucho rencor, todo escondido en una bodega de éxito que sustentan en la desaparición de la matriarca del clan a la que de adoran, o al menos invocan en cada cosecha.
Ni los hermanos Saénz Andrés y Julián, ni sus mujeres Aracelí y Merche son santos, pero hay que leer para saber que fantasmas esconden, el porque de la forma de ser de cada uno. El único que de momento se salva Josu, el hijo de Andres y Araceli y el heredero de las bodegas, pero para él tampoco nada volverá a ser igual después del descubrimiento que hace.
No quiero extenderme más, porque los personajes de Xabier dan para una tesis doctoral y os puedo aburrir soberanamente y os prometo que no es mi intención.
El autor se vale de un narrador omnisciente para que el lector tenga una visión amplia de la trama, el lenguaje que utiliza es el adecuado para el mundo en el que se mueve cada personaje, no tendría sentido quitar los tecnicismos de las catas, o de los servicios de cocina, o de la investigaciones criminales. Sin embargo, el lector puede seguir la lectura sin estar buscando continuamente en el diccionario porque Xabier nos describe aquellos objetos que nos obligarían a hacerlo, como el corquete, o el tipo de cámara que utiliza Roberto para grabar.
La lectura resulta ágil porque hay un gran equilibrio entre la narración y el diálogo y en ningún momento decae el interés del lector gracias a los giros de los que hace gala Xabier, por lo que las páginas van cayendo sin que uno se vaya dando cuenta.
Os aconsejo no leer este libro con el estómago vacío, porque puede daros un hambre canina, sobre todo cuando nos cuentan las exquisiteces que ponen sobre la mesa los Parra, o cuando desde el equipo de Aitor se está preparando el rodaje.
Los amantes de los libros y de la lectura, disfrutaremos con el abuelo Martin, con su forma de entender su profesión, con su amor por los libros y por esa historía que lleva sobre sus espaldas. Referencias a títulos, a polvo, a ejemplares apilados, a libros que susurran. Todo en Martín enamora al lector, y muchos se verán identificados con él. Al abuelo le gustaría tener clientes como Mientras Leo, o Maria Ines Caro, a Victor Agenjo, a Esther nuestra pingüina en busca de su equilibrio, a Margalida Ramón y a tantos otros que seguro que harían sonar su caja registradora más de lo que lo hace en esta novela.
Ya por último y sin desvelar nada, me gustaría destacar la forma que tiene Xabier de mostrarnos el desenlace de esta novela, a mi por lo menos me descolocó un poco, pero me pareció muy original, igual esta técnica la han utilizado otros autores, pero yo es la primera vez que la encuentro, estoy acostumbrada a que sea el detective quien me cuente la resolución del crimen, no que esta me venga por otros medios, a pesar de que el autor nos deja intuir que es la misma conclusión a la que ha llegado la polícía, pero que sea el culpable el que explique que lo ha hecho, como lo ha maquinado y porqué, me ha gustado sobre manera
Conclusión:
Xabier Gutierrez crea para mi una novela adictiva, una novela en la que la tensión no decae en ningún momento, en que hay varios frentes abiertos que terminan por confluir, en la que su prosa sencilla pero por ello banal hace disfrutar al lector, que termina dudando de todos y hasta de la cordura de uno mismo.
Sus personajes son complejos, llenos de sombras, ninguno es lo que parece y conforme avanza vamos descubriendo las dobleces de unos y de otros, los fantasmas comienzan a salir del armario y los giros que da la trama descolocan al lector en varias ocasiones.
No puedo hacer más que recomendaros la lectura de esta serie, consta de cuatro libros y el bouquet del miedo es el segundo. Os recomendaría comentar por El aroma del crimen por aquello de ver evolucionar a los personajes que se repiten título tras título