Los astrónomos han descubierto un nuevo fenómeno cósmico, llamado "coreshine", que está revelando nueva información acerca de cómo las estrellas y los planetas llegado a ser lo que hoy son.
Los científicos utilizaron datos del Telescopio Espacial Spitzer de la NASA para medir la luz infrarroja desviada de los núcleos, envolturas frías y oscuras donde las estrellas jóvenes y los sistemas planetarios están floreciendo. Este efecto, que han llamado "coreshine" (brillo del núcelo, en español) y que ocurre cuando la luz estelar de las estrellas cercanas 'rebota' en los núcleos, revela información acerca de su edad y consistencia. En un nuevo documento, que fue publicado el viernes 24 de septiembre, en la revista Science, el equipo informó de sus hallazgos de "coreshine" a través de docenas de núcleos oscuros.
"Las nubes oscuras en nuestra galaxia, la Vía Láctea, lejos de la Tierra, son grandes lugares donde nacen nuevas estrellas. Pero son tímidas y se esconden tras un velo de polvo por lo que no podemos ver lo que sucede en el interior", dijo Laurent Pagani del Observatorio de París y el Centro Nacional de Investigación Científica, en Francia. "Hemos encontrado una nueva manera de mirar dentro de ellos. Son como fantasmas, porque los observamos, pero también vemos a través de ellos".
Pagani y su equipo observaron por primera vez un caso del fenómeno "coreshine" en 2009. Se sorprendieron al ver que la luz de las estrellas fue dispersada de un núcleo oscuro en forma de luz infrarroja que puede ser vista por Spitzer. Se había pensado que los granos de polvo que forman el núcleo eran demasiado pequeños para desviar la luz de las estrellas; en su lugar esperaban que la luz estelar viajaría directamente. Su descubrimiento les dijo que los granos de polvo eran más grandes de lo que se pensaba; cerca de 1 micrón en lugar de 0,1 micrones (un cabello humano típico mide unos 100 micrones).
Eso no puede sonar como una gran diferencia, pero puede cambiar significativamente los modelos de formación estelar y planetaria que utilizan los astrónomos. Por un lado, el tamaño de grano más grande significa que los planetas -que se forman del polvo que gira alrededor de estrellas jóvenes- podrían tomar forma con mayor rapidez. En otras palabras, las diminutas semillas para la formación planetaria pueden estar formándose desde muy temprano, cuando una estrella se encuentra todavía en su fase pre-embrionaria.
Pero este particular objeto observado en 2009 podría haber sido un golpe de suerte. Los investigadores no sabían si lo que encontraron es el caso también de otras nubes oscuras, hasta ahora. En el nuevo estudio, examinan 110 núcleos oscuros y encuentran que aproximadamente la mitad de ellos presentan el efecto "coreshine".
El hallazgo constituye una nueva herramienta para estudiar no sólo el polvo que forma los núcleos oscuros, sino también para estimar su edad. Los núcleos de formación estelar más desarrollados tendrán grandes granos de polvo, por lo que, utilizando esta herramienta, los astrónomos pueden mapear mejor sus edades a través de nuestra galaxia. El "coreshine" también puede ayudar en la construcción de modelos tridimensionales de los núcleos, pues la luz desviada de las estrellas es dispersada de una manera que depende de las estructuras de las nubes.
"Estamos abriendo una nueva ventana en el ámbito de los núcleos oscuros de formación estelar", dijo Pagani.
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