Revista Arquitectura
El Brutalismo es un estilo arquitectónico que surge del Movimiento Moderno y que tuvo su auge entre las décadas de 1950 y 1970. Inspirado por figuras reconocidas del momento como Le Corbusier o Eero Sarineen, el término se inspira del francés Béton brut u "hormigón crudo" usado por Le Corbusier para describir su elección en los materiales de construcción. Fue el crítico británico el que adapto y renombró el movimiento al Brutalismo.
Características
Los edificios brutalistas se caracterizan por formas geométricas puras distribuidas de forma repetitiva, a menudo acabados en hormigón visto, revelando las textura de los encofrados de madera utilizados para su hormigonado en situ.
Aunque el hormigón es el material que comúnmente se asocia los edificios brutalistas, no todos están construidos con este material. En su ligar, pueden estar acabados con materiales que reflejen un acabado de bloque o mampostería en bruto y que enmarquen la expresión de la estructura, la forma y los espacios servidores en el exterior.
Alison y Peter Smithson
Son una de las parejas de arquitectos más representativas del movimiento. A menudo gracias a viviendas que se construyeron a partir de fabricas de ladrillo. El brutalismo incluye entre los materiales de cabecera el ladrillo, el vidrio, el acero, las mampostería y la piedra. A la inversa, no todos los edificios que presenten fachadas de hormigón visto son brutalistas, y pueden ser de otras corrientes o movimientos como el cosntructivismo, el expresionimo, postmodernismo y el deconstrutivismo.
Otras características
Otro tema común del movimiento brutalista es la exposición visual de las funciones del edifico, que van desde la propia estructura, a la caja de escaleras o los nucleos de comunicaciones verticales. En Boston, por ejemplo, donde abundan ejemplos de este movimiento, en el City Hall (1962) las formas exteriores del edificio muestras las estancias y habitaciones detrás de los muros exteriores, además de enmarcar las salas especiales como la oficina del alcalde y la cámara del consejo de la ciudad. Otro ejemplo es la Escuela Hunstanton donde se hace visible un tanque de agua, detalle que en otras condiciones seguramente habría estado escondido u oculto, y que en el ejemplo se muestra como una torre visible y prominente
Ideología socialista
El brutalismo es un estilo arquitectónico que se asoció con las ideologías de utopías sociales que tendían a promover sus diseñadores, especialmente Alison y Peter Smithson. En la República Checa se presentó el movimiento como un intento de crear un estilo arquitectónico "socialista moderno y nacional". El principio del brutalismo, como indica su nombre, es el de expresar los materiales en bruto. El fracaso de la formación de comunidades en estructuras brutalistas y la expansión de estas, junto a proceso de decaimiento urbano que se produjo tras la Segunda Guerra Mundial, privo de popularidad a las ideologías y al movimiento en si.
Figuras representativas del Brutalismo
Alison y Peter Smithson, Marcel Breuer, Richard Steifert, Basil Spence, John Bancroft y en algunos aspectos gente como Louis Kahn, I. M. Pei y Tadao Ando.
Influencia en otros medios como el Cine
A mi me viene a la mente ahora mismo la película de Scorsese ganadora del Oscar a Mejor película "Infiltrados" donde aparece el centro Erich Lindeman Mental Heat Center haciendo las veces de sede del FBI en la película rodada en Boston ( ciudad donde abundan ejemplos de este movimiento). En muchas otras películas podemos observar ejemplos de esta corriente, generalmente asociados a grandes complejos, como edificios gubernamentales, campus o museos.
Edificios brutalistas en la actualidad
Como todas las corrientes y movimientos existen edificios que se realizan cuando determinados movimientos han perdido vigencia o importancia y que sin embargo pueden enmarcarse dentro de los cánones artísticos de uno u otro movimiento. Podemos encontrar ejemplos brutalistas a lo largo del mundo como el Habitat 67 en Montreal, o el complejo de la Universidad de Leeds.
Conclusiones finales
Por la experiencia personal he podido comprobar que a la mayoría de la gente no le suele agradar en demasía el aspecto del hormigón como acabado exterior, y a menudo suelen criticar los edificios masivos acusándolos de bunkeres o mamotretos grises y fríos. En mi opinión personal (personalísima) todos estos edificios del movimiento brutalista son realmente atractivos y poderosos, y es una pena que no sean del agrado de las tendencias actuales en cuanto a estética imperantes en la arquitectura actual.