El Sr. Matsumura está dispuesto a vivir en el desierto nuclear que dejó el accidente de Fukushima. Allí se ha quedado a cuidar de las 400 vacas, 60 cerdos, 30 aves, 10 perros, 100 gatos y un avestruz (la mascota de TEPCO) que quedaron olvidados después de la catástrofe nuclear. Él es el Buda de la zona prohibida.
Matsumura vive en un pequeño pueblo que solía tener alrededor de 16.000 habitantes, ahora solo queda él y los animales. Este japonés decidió quedarse aun cuando las autoridades pidieron a todo el mundo que abandonases sus casas tras comentar en televisión que es posible que el problema se resolviera en un plazo de unos 30 años.
Ahora, él es el único que puede cuidar de los animales y disfrutar del silencio que solo puede existir en sitios tan solitarios como este. Un silencio cargado de muerte y tristeza.
Este es un pequeño extracto del artículo que he encontrado en una web. Si quieres seguir leyendo la historia te invito a visitar la noticia en inglés en la web de Japansubculture.com, una lectura muy amena e interesante.
Matsumura quiere seguir allí para evitar que este suceso caiga en el olvido y tampoco la falta de ayuda que han tenido por parte de TEPCO o las autoridades.
Un hombre indignado porque sus vecinos han perdido todo y apenas se han quejado, ahora se encuentra solo en su pequeño reino con los animales que consiguieron escapar de las granjas y conseguir esquivar la muerte pero quizás no por mucho ya que ahora puede que sean sacrificados con una inyección con desinfectante.
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