Revista Opinión

El bueno, el feo y el malo

Publicado el 06 septiembre 2012 por Jesustadeosila

   Ronaldo, Sánchez Gordillo y Bretón.    El bueno, el feo y el malo.
   De Mil Humores Producction...    En verdad, que nada tienen que ver el uno con el otro, gracias a Dios. Pero si un sutil lazo pudiera unirlos en un artículo, sólo sería el del simple y llano humor: humor de chiste tonto, humor político y humor negro.    Que empiece la música, maestro: ¡au-au-uuuuuh...!    ¡Tantán-tang...!    El Bueno: Ronaldo.    Ronaldo está triste, ¿qué tendrá Ronaldo?    Pues ni lo sé ni maldito el huevo que me importa. Será muy bueno jugando al fútlbol y no seré yo quien le haga desmerecer en nada, pero niño flauti-gilipollas lo es. Y niño flatulento, también. Y si hace regates y mete goles con todo el arte del mundo, también en mi empresa yo cargo camiones a las seis de la mañana con tres paquetes diarios de ducados metidos entre pecho y espalda: y nadie me aplaude y nadie quiere tener un hijo mío. Y me gustaría verte, Ronaldo, dejar el camión listo de carga para salir a las siete en punto... Y sin abdominales y sin reflex en la pantorrilla cada vez que me suelto un pedo, macho, que entonces es cuando nos coge el toro y me ponen de patitas en la calle.    Y enlazando a Ronaldo con el deporte en general, ya me parece a mí que les sobran medallas y portadas a tanto futbolista, porque me sacan las noticias de mis... Casillas. ¿Medallas? Ahí tenéis las olimpíadas paralímpicas, señores directivos de deportes y demás gilipollas descatalogados: ahí tenéis caldo de cultivo para mil portadas y mil medallas. Cojos que saltan. Mancos que encestan. Ciegos que meten goles. Tipos en carros de rueda con brazos como jamones, que no desfallecen nunca. ¿El ejemplo de superación es Ronaldo, Casillas y el otro? ¿Ese ejemplo tenemos que tragarnos con papas todas las mañanas y todas las tardes y todas las noches? ¿Esos valores hay que transmitir...? Que sólo los guapos y cachas merecen medallas... Así nos va.    Y los futbolistas andan tristes, ¿qué tendrán los futbolistas? Correr sin pies, avanzar sin manos y hacer regates sin ojos... así desearía a veces... Me callo.    Música, maestro: ¡au-au-uuuuuh...!    ¡Tantán-tang...!       El Feo: alcalde de Marinaleda, Sánchez Gordillo.    Si Quevedo viviera, gran soneto a las mellas de tu dentadura le sacaba. Qué bien te ha venido, Juan, la reposición en la tele de la serie de Curro Jiménez. Y mira que me has caído bien hace ya años, que conste, que de cosas me arrepiento pero ningún pecado pasajero me achanta. A veces, hasta te seguiría entendiendo, si no fuera por esas amistades independentistas y terroristas que vas eslabonando en tu bufanda... cual pelusas molestas que poco lavado (de ideas) delatan.    Ya sé, ya, que si te encontraran una cuenta en Suiza (como al yerno de Su Majestad), lo mismo, en vez de euros, encontraban dos garrafas de aceite de a cinco litros, cuatro latas de caballa, un paquete de pan bimbo sin corteza y tres cajas del caserío. Si lo sé, Juan. Si lo sé. Pero no puedes enfilar una marcha de trabajadores del campo y mañana hacerte una foto con los asesinos que más víctimas han dejado en esta tierra nuestra. Con lo primero, hasta me río. Con lo segundo, vomito. Y si del Mercadona le llevas un bocata al Bolinaga, con su latita de Acuarius,  ya ni te cuento.    Música, maestro: ¡au-au-uuuuuh...!    ¡Tantán-tang...!       El Malo: José Bretón.    Parodiando a Pérez Creus, llamarte Malo a ti sería como llamarle cerro al Himalaya, o llamarle arroyo al Amazonas.    Ojalá mañana dijeran las noticias que eres inocente. Ojalá mañana supiéramos, en definitiva, que nada has tenido que ver en la desaparición de Tus Hijos. Ojalá, José. Porque ni por esas, dejarías de ser el cabronazo que has demostrado con creces que eres. Porque como decía Oscar Wilde, se mata con una espada o se mata con un beso.    Y tú, a esa altura, no has llegado ni llegarás ya en tu vida.    Qué lástima, José, que vivamos en una sociedad tan hipócrita.    En un caso también reciente de muerte y violación, le preguntaron a un padre (todos lo conocemos): -- El asesino de su hija va a salir a la calle. ¿Cómo reaccionará usted si se lo encuentra?    Y el hombre, respondió: -- No lo sé... No lo sé...    Y yo con todos mis respetos (porque es vecino en mi Sevilla), siempre supe con certeza que mi respuesta hubiera sido: -- ¿Cómo que si me lo encuentro? ¿Cómo que si me lo encuentro? ¡Claro que me lo encuentro! En cuanto salga, lo busco yo. No voy a encontrarlo de casualidad, por ésta que no.    Nunca he entendido del todo, Bretones y Carcaños, cómo la Guardia Civil coge a un terrorista y al día siguiente, en menos de 24 horas, sabe dónde está la furgoneta, dónde el compinche, dónde el zulo y hasta el número de zapato de la última novia que tuvo.    Y a vosotros, los más idiotas y cobardes del mundo, no son capaces de sacaros nada. No me lo explico.    Por cierto. Si los mataste... ¿a quién primero? ¿A ella o a él? ¿Vió ella lo que hacías con él? ¿Vió él lo que hacía su papá con ella...? No creo, ni por un momento, que murieran a la vez. Uno de los dos, ¡uno!, tuvo que verte la cara... y tuvo que morir sin creer (gracias a dios) que lo que estaba viendo era verdad... sino una pesadilla de niño, un mal sueño de verano... Papá no puede estar haciento esto, mi papá no puede estar haciendo esto...      Y aquí la entrada de hoy. ¿Humor...? Sí, por supuesto.    Humor amargo, que también lo hay.    Porque también se llora de risa, ¿no?    Incluso al revés. A veces se ríe por no llorar.    El Humor, y cada día me convenzo más, es ese espejo que nos dice lo gordo, lo flaco o lo feo que nos estamos poniendo.
-- El Bueno, el Feo y el Malo.


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