Estamos ya a mediados de octubre y el panorama futbolístico empieza a impregnarse con el aroma de la alta competición. Con la Liga ya rodada, la Champions separando poco a poco el grano de la paja, los primeros cruces de Copa, y el añadido de los partidos de Clasificación del Mundial de Rusia, el calendario eleva su exigencia para aquellos equipos que lo aspiran a todo, como el F.C.Barcelona.
Luis Enrique suele destacar en su discurso su capacidad para gestionar el desgaste de la plantilla, las famosas rotaciones y el fondo de banquillo. Sus decisiones sobre cuándo y a quién dar descanso han ido generando un foco de crítica que amenaza con acompañarle durante buena parte de la temporada. Las derrotas ante Alavés y Celta, con presencia de suplentes habituales en el once, han supuesto el peor inicio de Liga de los últimos años. A pesar de que esos tropiezos no han significado que el equipo haya perdido de vista la cabeza de la clasificación, se ha generado una nube de dudas que puede precipitar en caso de volverse a dar condiciones adversas:
- Ter Stegen, el escaso trabajo que tuvo ante el Deportivo no ha hecho olvidar los errores de Vigo, quedando como un blanco fácil ante la crítica, siempre al acecho;
- el caso Aleix Vidal, lo que para una gran opinión es una situación enquistada que solo se solucionaría con la salida del jugador, para Luis Enrique y Robert, "Aleix tiene que aportar cosas y esperamos que lo haga";
- Mascherano / Mathieu, los veteranos centrales han mostrado dudas, errores (algunos más graves que otros) y poca capacidad para sustituir a Umtiti, y ni pensar en amenazar la titularidad del joven francés;
- un clásico: el sustituto de Busquets, no hay;
- y finalmente, Alcácer, quien da muestras evidentes de frustración tras cada ocasión de gol fallada.
Se inicia hoy un duro tramo de calendario con la visita del Manchester City de Guardiola, y todo el desgaste emocional que ello conlleva. Continuará en Mestalla, con el Valencia prácticamente desconocido de Prandelli, un duro reto para el cuerpo técnico. Un pequeño descanso ante el Granada, quien empieza a quedar descolgado de la clasificación, para visitar posteriomente el Etihad, en un duelo que puede ser determinante para el sorteo de octavos de Champions. Y si el Etihad puede incomodar, peor será en el siguiente partido en el Sánchez-Pizjuán.
Cuatro semanas de fútbol de alto nivel y máxima presión que determinarán hasta donde puede llegar este equipo. Cuatro semanas en las que se le exigirán resultados y buen juego. La capacidad de Luis Enrique para gestionar la plantilla se vuelve a poner a prueba, sabiendo que cualquier paso en falso será analizado con lupa. Y todo ello con el duelo del Real Madrid en el horizonte a principios de diciembre.
F.C.BarcelonaLuis Enrique Martínez