Calzarse bien es muy importante. La mayoría de personas no nos fijamos en los zapatos que llevamos, y muchos de los problemas que aparecen en los pies vienen motivados por calzar zapatos inadecuados.
Con la llegada del verano este problema se acentúa ya que proliferan los pies enfundados en sandalias y chancletas que no aseguran una buena sujeción del pie.
El pie es una parte del cuerpo básica para el movimiento. Por eso es preciso que vaya bien sujeto, sobre todo si hay que caminar por terrenos irregulares. El pie se compone de muchos huesos, articulaciones, tendondes y músculos que necesitan un buen envoltorio que lo aguante y le de estabilidad.
A los pies hay que darle su importancia ya que cargan con todo el peso del cuerpo y muchas veces los maltratamos , por eso hay que cuidar a la hora de escoger el calzado, teniendo en cuenta que sea cómodo , que transpire y que nos sujete bien el pie, con lo que nos evitará molestas rozaduras, heridas, torceduras y esguinces.
Las chanclas, también llamadas flip-flops (su nombre en inglés), aunque parecen la mejor opción para el verano, no son el tipo de calzado más recomendable.
Al no llevar el pie bien sujeto, las chanclas dificultan el equilibrio y aumentan el riesgo de caidas. Además hay que llevar el pie en tensión para evitar que se resbalen, forzando el tobillo y los dedos del pie. Con este tipo de calzado no se puede realizar ningún tipo de actividad física .
Otro problema común de llevar chanclas es que se produzcan heridas entre el primer y segundo dedo del pie, donde roza la tira.
Son cómodas para ir a la playa o para ir a la tienda de la esquina e incluso para estar en casa, pero no son aptas para caminar mucho. Si hay que andar mucho lo mejor es que el pie esté sujeto por el talón.
En cambio, este tipo de calzado es el ideal para ducharse en sitios públicos y para caminar por las piscinas, ya que ayudan a prevenir infecciones por hongos.
Otro tipo de calzado nada conveniente son los zapatos con mucho tacón. El zapato de tacón alto es muy peligroso si se usa habitualmente, ya que a largo plazo puede producir problemas de artrosis, artritis y problemas en la columna.
Si eres de los que suelen ir a correr, procura llevar unas zapatillas que sean cómodas, flexibles y que tengan una buena amortiguación del impacto. Además hay que usar calcetines de algodón de los que absorben el sudor, para evitar las posibles ampollas que puedan salir.
Aqui os dejo una infografía de "Como elegir zapatillas para correr", sobre como escoger calzado para correr, de Consumer.es Eroski
Ana Hidalgo
