Revista Ciencia
El cambio climático afectará a la distribución y abundancia de la vida marina. Sin embargo, hasta ahora, la magnitud total de estos cambios ha sido difícil de predecir por las limitaciones de los modelos de ecosistemas individuales utilizados para estos pronósticos. Al combinar ahora estos modelos puede surgir un panorama más completo. Un artículo publicado en la revista PNAS, y firmado por un grupo internacional de 35 investigadores de 12 países, con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha presentado una evaluación de los efectos del cambio climático a escala global en el océano, utilizando una combinación de múltiples modelos climáticos y de ecosistemas. El estudio revela que la biomasa animal marina global, es decir, el peso total de animales marinos como peces, invertebrados y mamíferos marinos en el océano, disminuirá en todos los escenarios de emisión, a consecuencia en gran medida del aumento de la temperatura y la disminución de la producción primaria. El alcance de las pérdidas proyectadas puede verse limitado si se reducen las emisiones: la disminución de la biomasa sería de un 5 % en un escenario de mitigación fuerte, pero podría llegar a un 17 % si el ritmo de emisiones no baja para finales del siglo XXI. En particular, la magnitud de este efecto del cambio climático se predice como similar en un océano con y sin presión pesquera. De reducirse puede mitigar parcialmente esos descensos. “La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero sin duda ayudará a salvaguardar la vida marina en la medida de lo posible contra nuevas pérdidas”, dice Heike Lotze, de la Universidad de Dalhousie (en Halifax, Canadá) y autora principal.
La amplificación trófica
El análisis también sugiere que los impactos del cambio climático podrían ser más graves en niveles más altos de la red alimentaria, lo que significa que la biomasa de peces y mamíferos marinos podría sufrir disminuciones mayores en comparación con el fitoplancton. Este proceso se denomina amplificación trófica y describe la particular vulnerabilidad de animales como los peces grandes en los extremos superiores de las cadenas alimenticias marinas. “Nuestros hallazgos sugieren que los animales marinos de mayor tamaño, muchos de los cuales ya son motivo de preocupación para la conservación, podrían mostrar una vulnerabilidad particular a las disminuciones provocadas por el clima, con un efecto dominó del fitoplancton en la cadena alimentaria”, añade el coautor del estudio Derek Tittensor, del Centro Mundial de Vigilancia de la Conservación del Medio Ambiente de las Naciones Unidas (en Cambridge, Reino Unido).
La cartografía de los cambios previstos en los océanos del mundo revela que la biomasa podría disminuir en muchas regiones oceánicas de zonas templadas y tropicales, en las que la población depende en gran medida del suministro de alimentos marinos y en las que la biodiversidad marina ya se ve afectada por los efectos acumulados de la actividad humana. En estas zonas, el cambio climático está creando otra fuente de estrés sobre los ecosistemas marinos y las sociedades humanas por igual. Por el contrario, muchas regiones polares alrededor del Ártico y la Antártida podrían mostrar aumentos de la biomasa que proporcionasen nuevas oportunidades para el uso de los recursos marinos, pero también desafíos para la gestión y conservación marinas. “El hecho de que los impactos estimados del cambio climático sean independientes de la pesca proporciona un incentivo adicional para desarrollar una pesca sostenible y adaptable, sensible al cambio climático, que necesitamos para alimentar a un mundo de 9.000 millones de seres humanos”, afirma Manuel Barange, de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. Estos resultados ofrecen la perspectiva más completa sobre los posibles cambios ecológicos provocados por el clima en el océano hasta la fecha y pueden ayudar a anticipar los cambios en los recursos marinos en relación con el cambio climático. Las conclusiones pueden servir de base para las negociaciones internacionales en curso sobre el clima y la biodiversidad.
Fuente: Agencia Sinc