¡Oh, madre mía! Acabo de terminar “El camino de los reyes” de Brandon Sanderson y todavía estoy en una nube, alucinando con la capacidad de este escritor de transportarme a mundos fantásticos tan ajenos a todo lo que haya leído nunca. Y eso que no es mi primer libro del autor, pero es que su saga “El archivo de las Tormentas” empieza muy fuerte y te deja un poco en estado de shock. Su compleja historia ni siquiera es fácil de comentar, pero voy a intentar traerte una reseña decente.
“El camino de los reyes” comienza otra saga situada en el llamado Cosmere, el universo creado por Brandon Sanderson con el objetivo de someternos a todos los lectores a una eterna dependencia a su obra, sin ningún tipo de piedad. Este inicio de “El archivo de las Tormentas” presenta el mundo de Roshar, en el cual un elemento domina y condiciona la vida de todos los seres vivos: las tormentas. Pero no cualquier tormenta, sino unas tormentas devastadoras que lo arrasan todo con una virulencia desmedida. En este mundo, la biología parece ser una mezcla de magia y naturaleza, con unos seres como los vientospren, putrispren o dolorspren, así como otros extraños animales que caracterizan con gran singularidad este microcosmos salido de la imaginación del señor Sanderson. En este atípico contexto se desarrolla la historia con tres líneas argumentales diferentes y tres protagonistas distintos, pero que poco a poco irán interconectándose en la trama para crear una historia común.
Por un lado nos encontramos con Dalinar, un noble de la alta sociedad que lucha con honor en unas guerras que desde hace años se libran en venganza por el asesinato de su hermano y anterior rey, contra la raza que perpetró el crimen. A su vez, se presenta la historia de Sallahn, una joven artista que intenta por todos los medios convertirse en discípula de Jasnah Kholin, una noble erudita, con el objetivo de robarle su moldeador de almas, un valiosísimo artefacto que puede salvar a su familia de la ruina que le asola desde la muerte de su padre. Y por último, tenemos la vida de Kaladin, un joven que se ve arrastrado a la esclavitud y termina trabajando en el llamado Puente Cuatro, y del que poco a poco conoceremos su interesante pasado y su importantísimo papel en la historia. Como comenté antes, las acciones de estos protagonistas, así como de otros más secundarios que se presentan en pequeños interludios del libro, aunque en un principio parecen inconexas entre sí, acaban cohesionándose y dando sentido a toda la trepidante trama de “El camino de los reyes”. Estos personajes están retratados de manera muy profunda, con una psicología muy bien definida, mostrándose a menudo sus pensamientos y reflexiones para que el lector empatice mejor con ellos (algo también muy típico del escritor) y todos experimentan un cambio o evolución, siendo Kaladin el más complejo e interesante de todos.
Como no podía ser de otra forma en la obra de Sanderson, se recrean una serie de objetos de fantasía como los moldeadores de almas (artefactos incluso capaces de crear comida o de sanar), esferas de luz con diversos poderes o las alucinantes armaduras y espadas esquirladas, armas poderosísimas que cuentan con una naturaleza y reglas propias. La sociedad de este mundo también aparece detalladamente construida, con los llamados ojos claros en la cúspide y los ojos negros como ciudadanos de segunda, pobres o esclavos en muchas ocasiones. Además, en Roshar las mujeres son las que aprenden el arte de la lectura, la pintura, la música e incluso la ciencia, mientras que los hombres son llamados a la guerra y otras labores manuales. No falta, por supuesto, una mitología y religión propia cargada de leyendas pobladas de seres como los Radiantes o los Portadores de Vacío.
Así, nuestros protagonistas van desarrollándose, cada uno en su lugar y con sus propias motivaciones, y los tres comparten algo en común: la sospecha de que son algo más y que poseen dones o poderes que desconocen y deben comprender y dominar, porque ¿Qué significa todo lo que les pasa? Y, precisamente, descubrir la verdad y desvelar todos los misterios es lo que te mantiene como incauto lector pegado al libro y pasando páginas sin parar… Pero si ya conoces a Sanderson, sabrás que, aunque al final se hacen muchas revelaciones y muchas cosas cobran sentido, también se quedan muchas otras en el tintero, esperando a ser desveladas en las siguientes entregas de esta saga. Sorry, not sorry.
No pasa nada, porque pienso seguir con la lectura de “El archivo de las Tormentas”, ya que “El camino de los reyes” es una auténtica obra maestra de la literatura de fantasía y eso que pensaba que nada podría superar “Nacidos de la bruma” o el maravilloso “Elantris”. La imaginación que derrocha Sanderson me tiene fascinada y su capacidad para construir mundos tan perfectos y bien hilados hacen que venere e idolatre su figura, imprescindible en el “Credo” de los amantes de la fantasía moderna. Si has leído algo de su obra lo entenderás y si no, no sé a qué estás esperando.
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