Revista Deportes

El cantante Talavante orgulloso de su hazaña

Por Malagatoro

Talavante

"He disfrutado mucho. Independientemente de trofeos ha sido la tarde más importante y decisiva de mi carrera y estoy feliz. He toreado y cuajado muchos momentos como los siento tanto con capote como con muleta y he tratado de matar todos los toros bien, con pureza. Quiero agradecer a TVE el apoyo al toreo, un espectáculo real y en vivo de gente que nos jugamos la vida de verdad"

Talavante en Aplausos

“La apoteosis “talavantina” se produjo frente a unos bichos de Zalduendo impresentables, para qué vamos a andarnos con medias tintas. Ganado para plaza de tercera, bien preparaditos para el encuentro estelar de dos figuras contemporáneas... Y eso, en corrida televisada a los cuatro vientos, es una afrenta a la tauromaquia. A lo mejor en alguna plaza de provincia eso sea lo habitual (reduzcamos, pues, el nivel apoteósico) pero en corrida con una posible audiencia millonaria (un millón y poco la vieron, ¡qué lejos de la final de la Champions...!), con las ondas de por medio, es indecente. Vamos que fue una apoteosis con unos novillejos inmundos… ¡vaya gesto! Lo mismo si se encierra con seis Victorinos en Madrid es otra cosa… ¡uy, perdón, eso ya ha ocurrido! Ni siquiera victorinos, recuerden los seis de Núñez del Cuvillo en Las Ventas… idéntico resultado; ahora bien, en Mérida, y con seis conejos de Zalduendo,¡apoteosis apoteósica!

Rafael Cabrera (acceda al artículo original y compártalo)

“La carpa circense casi tres cuartos, que los bichejos, invalidetes, lenguarones, melosos, obedientes, para irse a la feria a tomar unas cañas, fueron tratadas de lujo en la suerte del monopicotazo de los caballistas al compás de los silbidos del público festivalero y clavelero que no querían que los lastimaran, dejaron expresarse a la figurita de cerámica, que casi pone el cartel de “no hay despojos” en la casquería emeritense, sólo lo impidió su incompetencia pues los tenía empaquetados desde que salió por la puerta de cuadrillas. Con la espada, pues eso eficaz sin dar una estocada a ley, de todo hubo, mayormente tendidas, breve con el descabello y hasta un bajonazo infamante.

El numerito de la tarde fue cuando la cerámica porcelanosa sacó a pasear su voz con cante por bulerías para endulzar su romance con la borrega, que culminó perdonándole la vida en complot bien orquestado con el ganaduros, el que hizo el montaje y los palmeros berreando para que se produjera un indulto vergonzante con la aquiescencia del que debía velar por la seriedad que debe tener ganarse la vida, que sacó el pañuelito naranja. Fue esperpéntico el numerito.”

Pedro García Macías (acceda al artículo original y compártalo)

“Talavante se sentía tan "a gusto" que, para gloria del arte de la actual y moderna Tauromaquia, se arrancó por bulerías, un cante menor, fiestero, rápido y bullicioso, afín a sus formas, desde luego, evito emplear el verbo "Torear": las ausencias, mejor no meneallas...

Y, nuestra pasión, malograda de nuevo, se mecía con dolor al compás de Seguiriyas, Cante Grande, primigenio, desgarrado, puro y hondo.”

Gloria Cantero (acceda al artículo original y compártalo)


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