Revista Cultura y Ocio

El carácter corporativo de la sociedad

Por Enrique @asurza

La conformación del sistema colonial no tuvo un orden definido ni buscaba establecer un organismo coherente y bien integrado; esto dio como resultado una sociedad muy compleja. De hecho, los grupos sociales de fines del siglo XVI y principios del XVII se conservaron muchos de los rasgos de improvisación heredados de la Conquista, en especial el reconocimiento y la promoción de la heterogeneidad política y cultural de las personas y comunidades que compartían y se disputaban el territorio.
Esa complejidad se vio favorecida e incluso promovida por un rasgo cultural compartido por las sociedades españolas, mesoamericanas y aridoamericanas: su idea «no individualista» de la individualidad. Esto parece un juego de palabras, pero no lo es. En los primeros siglos coloniales, la idea de persona era muy diferente de la nuestra.
En la actualidad estamos convencidos de que una persona es un ser humano individual que existe con total independencia de otros, aunque casi siempre se reúna con algunos más para hacer ciertas cosas. Anteriormente se creía, sin embargo, que la personalidad de los individuos provenía del hecho de ser miembros de familias, de comunidades, de parroquias, de regiones y de grupos profesionales, étnicos o políticos claramente diferenciados, y que sólo a partir de eso se constituían los individuos particulares.

Obraje en México
De esta manera, pertenecer a un grupo social o a un «cuerpo», como se decía entonces, era muy importante. Y como además casi todas las actividades sociales, desde lavar la ropa hasta rezar, se hacían de manera colectiva, es fácil comprender que los grupos más que los individuos eran los verdaderos protagonistas de la vida social en el Virreinato. En la cosmovisión novohispana, esos grupos eran organismos con identidad propia, muy semejantes a los cuerpos humanos. Por esta razón, la sociedad de ese tiempo se llama corporativa, porque se pensaba que estaba constituida por cuerpos autónomos hechos de personas individuales. Los sindicatos, los partidos políticos y las asociaciones profesionales son en cierto modo herederos de esa costumbre de organizar la vida en grupos antes que a partir de individuos aislados.
Debido a que los aspectos económico y cultural ocupaban el mayor tiempo y espacio, quizá los grupos significativos incluían:

• Las cuadrillas o equipos de trabajadores.
• Los gremios o agrupaciones de artesanos
• Las cofradías, es decir, los grupos dedicados a la veneración de un santo o una virgen en particular.
Sin embargo, no eran los únicos, ya que en los cuerpos sociales también los ámbitos político y social determinaban otro tipo de divisiones.

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