Revista Deportes
La segunda del ciclo sevillano deberá servir para resarcir al aficionado de preferia, de marcado carácter torista, de la decepción llevada por los condesos de ayer. Los toros de la Doña, que no estarán en Madrid, deberán de poner la dureza, casta e interés que de ellos se espera.
El sevillano Antonio Barrera es un torero bullidor, valiente, porfión con el toro que presenta dificultades y poco más. En las temporadas pasadas ha disfrutado de verse anunciado en grandes ferias merced al apoderamiento que su suegro, Sánchez Benito, tenía con Morante. La verdad es que sólo se entiende su participación en esta feria desde la óptica del paisanismo.
Salvador Cortés ha decidido empezar la temporada tirando la moneda, a ver que pasa. Anunciado con la de Dolores y Victorino, es otro de esos toreros que necesita del triunfo para seguir respirando. Poderoso con la muleta y con buen sentido del temple, en muchas ocasiones su excesiva altura le resta emotividad a sus faenas. Es un torero que goza de gran simpatía por muchos aficionados pero que no termina de llenar el ojo de otros tantos.
Alberto Aguilar además de estar por encima de los atanasiones de la Doña, tendrá que demostrar de la pasta que está hecho, y si es capaz de lidiar con el destino: ayer mismo le metieron un miura a los corrales en Arles y en el otro recibió dos avisos. Llamado a ser uno de los sustitutos del Fundi, este debe de ser el año de su confirmación en España, después de una mili dura, como las de antes, en Francia. Lamentablemente ha empezado a entrar en ferias no por sus merecimientos en los ruedos, que deberían de resultar suficientes, sino por su apoderamiento con el "manejahilos" Simón Casas. Arrojo, oficio y una buena cabeza, no exento de técnica son sus credenciales.
Preside el señor Julián Salguero Villadiego asistido por Jesús Martín Cartaya y el veterinario Miguel Criado Garrido.