Porque ayer tarde recibí un sobre como este (totalmente negro y unas letras fosforito rojoanaranjado que ya empiezan a picarte el gusanillo):
Y entonces lo miras así de reojo y le preguntas al sobre “¿estás seguro?” y antes de que te conteste “ábreme” ya lo has descuartizado (véase la imagen anterior, que después de hacer polvo el sobre pensé, ¡ostras, que me lo he cargao y quería enseñarlo!).
Así que cuando has sacado lo que lleva dentro te encuentras con esto:
Y le das dos vueltas, porque llamar la atención, la llama.
Y lees la sinopsis:
En un calurosos día de verano, Amy y Nick se disponen a celebrar su quinto aniversario de bodas en North Carthage, Missouri. Como todos los años, Amy ha escondido sus regalos y ha colocado la primera pista en el dormitorio para que Nick la encuentre. Nick, por su lado, espera hasta el último minuto para comprarle el regalo a Amy. En esta ocasión, sin embargo, no hará falta regalo, porque Amy desaparece esa misma mañana sin dejar rastro. Inevitablemente las sospechas recaen sobre Nick: después de todo, todo el mundo sabe que en el setenta por ciento de los casos el asesino es el marido.
Así que… no he leído nada igual… ¿eh? Bueno, así a simple vista pues quizá igual igual no, pero sí que parecido. Además, he visto muchas películas de domingo por la tarde, el libro lo tenía difícil…
Y digo lo tenía porque casi me lo he desayunado. Tiene unas 550 páginas y ya llevo más de la mitad; seguro que hoy lo termino; ¿hasta el momento? Pues bastante inquietante, para qué negarlo.
Debo reconocer que al principio me ha costado engancharme, pero como toda película de domingo por la tarde ha de haber un preludio que te sitúe. ¿Qué sucede? Pues que a medida que avanzan las páginas y la autora ya te ha metido de lleno en ello, te das cuenta de que ese preludio – esa vida que tienen Amy y Nick en común – ha sido un tanto… dudosa: a Amy la leemos a través de un diario que tiene, y vemos cómo la fachada que intentaba mostrar no era más que eso, porque esta chica tiene más problemas existenciales de los que debería; y que Nick da un poco más de miedito del que parece a simple vista, pues con sus capítulos y el tema de su investigación hay detalles que a una no dejan indiferente.
Y esta novela son eso: detalles. Avanza lentamente, pero tiene pinta de que cada instante que se describe (y de instantes hay la tira, porque la autora se enrolla más que una persiana) es decisivo. Por ello estoy intentando dejar a un lado mi ansia por saber y descubrirlo todo, y estoy intentando centrarme en cada uno de los detalles y entenderlos.
Porque ahora mismo estoy de los nervios. Todo apunta a todo, pero a nada. ¡Quiero saber qué esconde cada uno de los personajes y quiero que Gillian Flynn me diga dónde está Amy, ¡¡YA!!! Se nota que esta mujer ha sido crítica de televisión y ha visto de todo, porque esta es una novela como una de esas pelis de suspense buenas buenas. Y es que la autora hace que te montes unas sospechas en tu cabeza que te vuelven loca.
El libro se ha vendido como rosquillas en los distintos países que lo han publicado, y si el final está a la altura, reconoceré que se lo merece.
Os contaré en breve, pero hasta el 4 de abril no podréis ir a buscarlo en librerías (ya solo faltaba eso, ¿no?)
¿¿¿Con ganas de saber más???
Nia