Soy de las que disfrutó muchísimo, a pesar de terminar sintiéndome un poco engañada, con La verdad sobre el caso Harry Quebert, y aunque las posteriores novelas del autor han tenido para mi gusto resultados desiguales, lo cierto es que no me resisto a cada una de sus publicaciones así que en este espacio en el que os hablo de mis lecturas no podía faltar su última novela: El caso Alaska Sanders.
Mi opinión
Corre el año 2010 y Marcus Goldman saborea las mieles del éxito literario tras el gran éxito de su novela La verdad sobre el caso Harry Quebert y es que, aunque El caso Alaska Sanders no es exactamente una continuación de aquella, la trama no solo se desarrolla un par de años después, sino que recupera a otro protagonista, el sargento Gahalowwood. Ambos se embarcan en una nueva investigación criminal que en esta ocasión los lleva a revisar el asesinato, años atrás, de una joven por el cual solo se condenó a una persona que inexplicablemente se declaró culpable.
Muchos secretos y aún más mentiras se entrecruzan en una novela en la que Dicker juega con el presente y el pasado, manejando con soltura los múltiples saltos temporales y engarzando con acierto las numerosas piezas que componen el complejo puzle que nos sirve el autor. Y es que estamos ante una trama un tanto enmarañada en la que hay que estar bien atento para no perder detalle. En esta ocasión nada de leer como una loca pasando páginas a ritmo de thriller porque corres el peligro de no saber ni en qué momento temporal estás, ni qué detalle fundamental has podido pasar por alto.
Cierto es que en ocasiones algunos aspectos pueden resultar un tanto repetitivos, pero nada que no se pueda perdonar a un autor con un estilo tan personal y reconocible como el suyo en el que combina a la perfección la investigación criminal con los temas personales que atormentan a sus personajes. Y, sobre todo, nada que no se pueda perdonar cuando llegas a un desenlace tan sorprendente como el que nos ofrece. Un final que cierra todos los hilos responde todas preguntas y, lo mejor de todo, lo hace con una verosimilitud indiscutible.
Si os preguntáis si se puede leer sin haber leído los anteriores os diré que sí ya que, a pesar de las numerosas referencias, son tramas totalmente independientes. De hecho, yo no he leído El libro de los Baltimore y las continuas menciones del autor a “lo que les pasó los Baltimore” “lo que sucedió con mis primos”, no han hecho más que avivar mi interés por ponerme con esa novela que tanto tiempo lleva en mi estantería.