Para los que pensaban que en este blog sólo hablábamos de cosas etéreas, de Dworkin, o de Hobbes, pues no, esta vez me atrevo a tocar un tema que ha causado "roncha" en las últimas semanas: la supuesta y pretendida demanda que habría intentando presentar la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt.
Ingrid estuvo secuestrada por las FARC por más de seis años, en una operación militar el ejército de Colombia la rescató, todos saben lo anterior, sin embargo, después de rescatada y en libertad, la señora Betancourt presentó una solicitud de conciliación ante el ministerio de Defensa donde pedía se le indemnizara a ella y a su familia con una suma de alrededor de 15.000 millones de pesos, posteriormente, y debido a que se le vino el universo entero encima, Ingrid declinó las pretensiones de la conciliación.
A mi mamá le caía muy bien Ingrid Betancourt, incluso un día fue a un centro comercial para que la ex candidata presidencial le autografiara el libro "La rabia en el corazón", la señora Betancourt fue muy educada con mi mamá, incluso le presentó a sus padres. Eso ocurrió antes de su secuestro. En el caso mío, siempre he tenido algo de prevención hacia su figura.
Ingrid pedía en la solicitud de conciliación que el Estado colombiano la indemnizara porque supuestamente hubo una falla de seguridad al momento de ser secuestrada, sin embargo, el ejército insistió después de tantos años, que fue ella quien tomó el riesgo de irse hacia San Vicente del Caguán a pesar de todas las advertencias que se le hicieron para que no llevara a cabo ese viaje. La señora Betancourt, según el ejército, hizo oidos sordos a esto y se fue por su cuenta y riesgo hacia la mencionada población que era parte de la zona de distensión con las FARC en el gobierno de Pastrana.
Ingrid respondió que no se acordaba de esas advertencias, y que el Estado debió impedirle a toda costa que ella fuera en ese camino hasta San Vicente del Caguán. La explicación de la señora Betancourt para interponer la demanda, me parece un tanto extraña, por decir lo menos, ¿cómo así que el ejército debe por la fuerza obstaculizar el paso de un candidato presidencial hacia un lugar que él quiere ir como sea? ¿Es lógico? ¿Es coherente?, no sé, pero a mí me parece que Ingrid fue suficientemente advertida tanto por sus escoltas como por los miembros del ejército que le dijeron que su travesía era peligrosa.
No sabemos que habría pasado en la jurisdicción contenciosa adminsitrativa con una supuesta demanda de la señora Betancourt en este sentido, no sabemos cómo habrían fallado los honorables magistrados, sin embargo, creo que el argumento de Ingrid era pobre y un tanto falto de explicaciones contundentes.
La reacción de la gente ante la presentación de la solicitud de conciliación por parte de Ingrid fue de indignación, varios grupos en Facebook afirmaron que la plata de los impuestos no se podía ir a los bolsillos de la señora Betancourt y cosas por el estilo. Sin embargo, creo que la reacción de la gente aunque justificada en cierta forma, fue desproporcionada y despiadada, hubo una lapidación moral contra Ingrid Betancourt y su familia como nunca antes de haya visto, tan es así, que a ella no le quedó otra opción que retirar la solicitud de conciliación, y por lo tanto quedarse con las ganas de demandar al Estado colombiano por su secuestro.
Creo yo, que a todos los colombianos nos asiste el derecho de acudir ante las jueces para hacer reclamaciones que tengan justicia, y que sean razonables, las demandas que han interpuesto otros secuestrados deben ser estudiadas y serán estudiadas (pienso yo) con seriedad, porque a veces los casos son diferentes y las víctimas del terrorismo están en todo su derecho de reclamarle al Estado colombiano una reparación cuando se demuestre verdadera "falla del servicio" y ausencia de acciones por parte de los organismos estatales, por lo tanto, que el caso de Ingrid Betancourt no sea una excusa para con criterio generalizador irnos en lapidación colectiva contra todos los que quieran demandar al Estado por los casos del terrorismo, como también lo afirmaba el columnista Ramiro Bejarano en El Espectador, creo como el doctor Bejarano, que los jueces deben examinar las demandas, que algunas tendrán razón, pero que también es muy peligroso en este caso generalizar y no caer en "estados de opinión riesgosos".