Revista Viajes

El Castillo de Almansa, Albacete

Por Nosoloviajeros @nosoloviajeros
En hiesto, coronando un pequeño cerro llamado Del Águila, el Castillo de Almansa se erige como una flecha que apunta directamente al cielo, y que puede ser visto desde todos los puntos de la pequeña población de Almansa, en la provincia de Albacete, aquella que nació al calor de la Reconquista contra el musulmán. De esta época surge precisamente una fortaleza como la de Almansa. Edificada en el siglo XVI por el infante castellano don Juan Manuel, sobre los restos de una fortaleza mora, el Castillo supone ahora una de las construcciones medievales más espectaculares y mejor conservadas de la Península. La construcción musulmana que precedió al castillo responde a época almohade, y por ello fue construida siguiendo la técnica del tapial, de los cuales aún se conservan algunos restos, restaurados en 2008. Conquistado por Jaime I de Aragón y pasando a Castilla, a manos del rey Alfonso X, y luego a Don Juan Manuel, como decíamos, quien edificó el Castillo. Para ello, y como quedan en los textos antiguos, Don Juan Manuel, tras tomar posesión de las tierras del pueblo, pidió ayuda al concejo de Almansa: "Que me dedes, para ayudar a labrar el mio castillo de aquí de Almansa tres mil maraveis. Et que los dedes a Ruy Martinez mio criado y vuestro vezino que los tiene que recabdar para la dicha obra deldicho castillo..." Sin embargo, el aspecto actual del Castillo responde a la época del Marqués de Villena Don Juan Pacheco, años después de Don Juan Manuel. Quizá lo más espectacular de este Castillo es la forma en que se adapta sobre el terreno en que se asienta, el Cerro del Águila; que hace de esta edificación una fortaleza de 100 metros de largo por 30 de ancho. De esta manera, el Castillo está formado por dos recintos escalonados, ambos defendidos por torres semicirculares y lienzos almenados, también adaptados al desnivel del terreno. Su acceso es muy difícil, como no podía ser de otra manera en una edificación defensiva; tiene dos puertas de acceso, la del oeste y la del este; una para entrar a pie y otra a carro. Desde el patio interior se accede al segundo recinto, a través de una empinada escalera, y donde se alza la Torre del Homenaje, aquella que hace del Castillo de Almansa como una flecha que apunta al cielo. En la zona superior de la torre se encuentra una terraza almenada, a la que se accede por una escalera de caracol tallada en la roca con elementos de cantería, que se considera una maravilla dentro del gótico de la zona. A partir del siglo XVI esta preciosa edificación entró en un largo proceso de abandono, como tantos otros castillos y fortificaciones que, una vez terminada la Reconquista, quedaron en toda la geografía peninsular como fantasmas de una época de guerras. No fue hasta el siglo XX cuando Almansa comenzó su restauración, hasta obtener la impresionante apariencia actual, reflejo de aquello que fue una vez la poderosa fortaleza de Almansa y sin duda hoy su más importante reclamo.

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