El castillo estaba regido por un alcaide designado por el Marqués, cuyo cremonial de toma de posesión describe el maestro Juan Luis Perez Arribas:
“el alcaide desde fuera de las murallas daba tres aldabonazos en las puertas. Una vez abiertas, el alcaide y su séquito se dirigían a un tablado en la Plaza Mayor, donde juraba pleito y homenaje al duque, tomando posesión del cargo y recibiendo las llaves del castillo. Luego subía escoltado por la guarnición hasta la fortaleza, tomando posesión de ella”.
Su función era la defensa y guarda del castillo, con una pequeña guarnición formada por vecinos del lugar, que estaban obligados a prestar el servicio. Aunque el Duque trasladó su residencia y la Cancilleria Ducal en 1.493 al Palacio, el castillo se mantuvo como símbolo de su autoridad y en orden de defensa, sobre todo para sofocar los pleitos entre el señor y sus vasallos.
Don Luis de la Cerda, I Duque de Medinaceli, comenzó la construcción del Palacio en 1.489 (el primero renacentista en España) y una nueva muralla aprovechando la anterior, pero preparada para armas de fuego. Asimismo remodeló completamente la villa, hizo la Plaza Mayor, de donde partían calles de trazado recto, en contraste con las medievales, estrechas y retorcidas.
Pero el tiempo fue pasando y el castillo cayó en desuso, por su ,al estado y por su nulo valor estratégico. Durante la guerra de Independencia “El Empecinado” situó aqui su cuartel general. Tomado por el general Hugo, el castillo fue dinamitado el 11 de agosto de 1.811. Las tropas del General Moscardó, en la guerra (in)civil tambien tuvieron aquí su cuartel general. Y entre guerra y guerra, el castillo quedó en un estado total de ruina.
Lar-ami, gerente de CR La Vereda de Puebla, entre cárcavas y olivos milenarios. Todo sobre Actualidad, Costumbres, Fiestas, Mundo Rural y Paisajes y Lugares de la Sierra Norte de Guadalajara.