Revista Cultura y Ocio

El centro del relato

Publicado el 05 septiembre 2011 por Vwollstein

…A donde se dirigen nuestros dardos.

El centro del relato

Uno a veces tiende a descentrar los relatos, poniendo el acento donde no nos interesa, aunque sea interesante. Y entonces ocurren varias cosas: el lector se aburre y pasa páginas buscando algo más, el escritor se aburre buscando cosas que contar pero no dando en el clavo, el editor se aburre porque ve aquello no se puede vender, la familia de escritor también se aburre y en general todo el mundo se aburre.

¿De dónde viene el aburrimiento? Pues diferentes elementos en los que no se debería centrar el relato. Por ejemplo:

- Escenarios: El escritor comienza a describir escenarios y contextos excesivamente. Dedica hojas y hojas a dar detalles que no aportan en nada al argumento.

- Personajes Cómicos: A veces el lector empatiza más con el personaje secundario cómico que con el propio protagonista. Esto no puede ser. El personaje cómico es interesante para amenizar, para desdramatizar, etc, pero no puede quitar el protagonismo al personaje principal.

- Diálogo Interior: Un peligro muy grande. Párrafos y párrafos viendo cómo va pensando un personaje. Eso no hay que se lo coma. Es mejor y más creíble (porque es lo que vivimos en la vida diaria) ver cómo actúa el personaje y cómo interactúa con otros para mostrar lo que ocurren en su interior.

- Explicar de más las cosas: Hacer esto es insultar la inteligencia del lector. A nadie le gusta que le insulten.

¿Cómo desaparece el aburrimiento? Tres pasos:

1/ Decide tu centro y no te desapegues de él. El centro finalmente será algo parecido a: El protagonista (o los protagonistas) descubre, evalua, aprende, evoluciona, cambia a través de los obstáculos que le ocurran. (de los creadores de Contar VS. Mostrar o El doble sentido de todo)

2/ Cuenta algo más allá de aquello que se lee. Que haya cosas entre líneas. Vamos, en una palabra: Mójate.

3/ Edita. Recorta absolutamente todo aquello que no aporte para los dos primeros puntos. Todo lo que sobra no sirve, sino que estorba. Una vez hayas quitado y quitado verás como tu novela cobra vida.


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