Una serie de estudios sobre el desplazamiento al rojo de miles de galaxias nos aporta una revolucionaria visión sobre nuestro lugar en el universo.
El astrónomo norteamericano Edwin Hubble (1889-1953), estableció una correlación entre el brillo de las galaxias y su desplazamiento la rojo (z). Básicamente Hubble advirtió que cuanto más débiles eran las galaxias en sus observaciones, mayor era su desplazamiento al rojo. Hubble entendió este corrimiento al rojo como un efecto Doppler sufrido por las ondas de luz al alejarse estas galaxias de nosotros. De acuerdo a esta idea, existen dos interpretaciones: la primera es que las galaxias receden (se alejan) de nuesta posición; debido a que este fenómeno se observa en todas las galaxias en todas las posiciones del cielo esto equivaldría a decir que la Vía Láctea ocupa el centro del universo. La segunda interpretación es que el universo carece de centro y que todas las galaxias se alejan unas de otras fruto de una explosión primordial posteriormente llamada "Big Bang".
Sin duda la primera interpretación es la más sencilla e intuitiva, pero las tremendas implicaciones religiosas y filosóficas de ocupar un lugar central en el universo, llevaron a Hubble a desechar esta explicación. Esta interpretación va contra el llamado "Principio Copernicano" que afirma que la Tierra no ocupa en absoluto una posición central o de privilegio en el cosmos. Sin duda para Hubble, un hombre de ciencia agnóstico, le pareció ésta una posibilidad enormemente inquietante e incómoda, y por tanto eligió la segunda opción: un universo carente de centro y en expansión.
Distribución gráfica del número de galaxias en relación a sus desplazamientos al rojo
Sin embargo, una serie de estudios pondrían patas arriba estos postulados ampliamente aceptados.
En varios muestreos de los desplazamientos al rojo de miles de galaxias, se ha observado una sorprendente distribución estadística de estos valores. Las medidas de z en todas las direcciones del cielo, muestran valores discretos agrupados fuertemente en torno a determinadas cifras, de manera que no existen apenas valores intermedios entre un valor discreto de z y otro.
Este fenómeno se ha llamado cuantización del desplazamiento al rojo y ha podido ser confirmado en estudios posteriores.
Puesto que los corrimientos al rojo son un indicativo de su distancia estas observaciones implican la existencia de esferas concéntricas de galaxias. Estas esferas son conceptuales estando compuestas de muchas galaxias sin ninguna relación física entre ellas.
Las implicaciones de este fenómeno son inmensas, no sólo estaría la Vía Láctea en el centro del universo, sino que invalidaría totalmente la teoría del Big Bang.
De confirmarse los sondeos realizados la estructura macrocósmica del universo estaría dispuesta en esferas concéntricas cuyo centro sería nuestra Galaxia, La Vía Láctea
La probabilidad de que este fenómeno sea casual es ínfima, por no decir absurda.
El Big Bang es una teoría endeble y con numerosas lagunas, los añadidos de la materia oscura, la energía oscura y la inflación no son más que parches que a la desesperada tratan de salvar un teoría en grave crisis. Ockham señaló muy atinadamente siglos atrás, que la explicación de un fenómeno debe ser la más simple de todas las posibles. Pero en este caso a medida que transcurren los años todo se complica más y más. De manera análoga, la teoría geocéntrica de Ptolomeo tuvo que recurrir cada vez a más epiciclos para satisfacer las observaciones hasta que finalmente la propia teoría ya no pudo ser salvada por más tiempo y voló por los aires.Este descubrimiento apunta que la verdad puede ser mucho más increíble y sorprendente de lo que nos imaginamos, y como mínimo debemos indagar mucho más en este fascinante asunto.
Publicado en Odisea Cósmica ¡Suscríbete Ya!