Título Original: KinesenAutor: Henning MankellGénero: NovelaTemática: Policíaca, novela negraIdioma Original: SuecoAño Publicación: 2008
"Ya Ru pensaba a menudo que San había escrito aquel diario para él precisamente; pese a que había transcurrido más de un siglo desde su redacción hasta la noche en que empezó a leerlo, tenía la sensación de que San le hablaba a él y a nadie más. El odio que sintió entonces su antepasado seguía vivo en Ya Ru."
MI LECTURA:
El fotógrafo Karsten Höglin se dirije a Hesjövallen un pueblecito sueco habitado únicamente por ancianos. Un lugar recóndito que no se encuentra en los mapas. Su objetivo, captar unas instantáneas que "hablarían de la belleza que sólo podía encontrarse en los rostros de las mujeres verdaderamente ancianas, cuyas vidas y esfuerzos quedaban tallados en la piel, como los sedimentos de una pared rocosa". Pero lo que encuentra son 19 cadáveres, cuyos cuerpos han sido brutalmente asesinados.
Así empieza El chino, con una exposición brutal de salvajismo y el inicio en la búsqueda del culpable y del porqué. Una investigación policial por delante en la que sumergirse que promete intriga y acción. Pues bien, tras presentarnos a los protagonistas de la linea argumental principal, desarrollada en la actualidad, y exponernos que será la jueza Birgitta Roslin quien lleve el peso protagonista, el autor nos traslada de repente a la China de 1863.
En esta segunda trama paralela, conoceremos al joven Wang San, que junto a sus hermanos Wu y Guo, tiene que huir de la injusticia y de la pobreza de su pequeño pueblo rural. Y aquí nos adentramos en una historia dramática llena de dureza donde se nos narra, en tercera persona y a través de su protagonista San, como ciudadanos chinos eran secuestrados por mercenarios y llevados a la emergente California de Estados Unidos para realizar trabajos forzados en la construcción del ferrocarril.
El autor nos muestra un contexto histórico del que no se habla mucho, el tráfico humano de trabajadores chinos a Estados Unidos. Y lo hace a través de una narración llena de situaciones duras que te hacen olvidar que estabas leyendo una novela policíaca en la que se habían cometido unos terribles asesinatos y en la que se debía encontrar al culpable, para darle vueltas a lo cruel que puede ser la vida y a la gran injusticia que vivieron muchos inmigrantes forzados de la China del S. XIX.
Las dos historias aparecen inconexas en el espacio y en el tiempo, y se van acercando a medida que vamos conociendo la vida de San y los descubrimientos de la jueza Birgitta Roslin. Pero la extensión e intensidad narrativa de la historia de los jóvenes chinos, hace sombra a lo que sería la novela negra propiamente dicha y, eso defrauda un poco al lector, que se adentró en una historia totalmente diferente y con un inicio prometedor para de repente, dejarla aparcada sin más.
Aún así, he de decir que las dos líneas argumentales son interesantes y están bien escritas, el problema es que quizás están poco intercaladas, por lo que a veces desconectas y te cuesta volver a la historia anterior.
Todo va a peor cuando en un momento dado las historias empiezan a fusionarse muy muy lentamente y aparecen los largos y tediosos diálogos sobre la evolución de la China comunista desde Mao hasta la actualidad. Es como si entrara un tercer personaje o una tercera historia en juego, 'la política china'. Entonces, la novela policíaca y su historia inicial se apartan y se olvidan definitivamente. Y uno se pregunta ¿Por qué si estaba leyendo una novela policial, ahora estoy leyendo una novela de análisis político? Y es que las conversaciones entre la jueza Birgitta, su amiga universitaria, Karin Wiman, y también las de la funcionaria de seguridad, Hong Qui, son lentas y a veces muy analíticas. Bastante aburridas cuando dan vueltas y vueltas a un aspecto político que debe quedar claro al lector. Todo esto da pie a que uno piense que le han colado, sin pedirlo, un análisis político. Y también a preguntarse ¿Qué pasa con los ancianos? ¿A nadie le interesa encontrar al asesino o a los asesinos?
Es una pena porque la novela deja de tener misterio, ritmo, y agilidad durante gran parte de la narración para finalmente acelerar el desenlace de la investigación criminal en unas pocas páginas. Con esto no quiero decir que no sea interesante las divagaciones y exposiciones políticas que plasma el autor, simplemente digo que entorpecen el desarrollo y el ritmo de la novela y hacen perder la atención del lector que busca una novela policial. Creo que la parte política debería haber sido más escueta y directa y si Mankell lo que quería era plasmar la evolución política en China, quizás lo podría haber desarrollado en un thriller situado en el país asiático.
Sobre los personajes, sólo comentaré que están bien caracterizados. No tienen mucha profundidad psicológica ni evolutiva, pero sí lo necesario para cautivar al lector y hacer veraz la historia.
El chino ha sido la primera novela que he leído de Henning Mankell y aunque no ha sido de mi agrado, he de deciros que le daré otra oportunidad al autor. En este libro me ha mostrado que es capaz de crear tensión y llevarla a la intriga aunque luego se haya ido por los cerros de Úbeda y lo haya estropeado todo. Además, tiene una gran trayectoria dentro del género negro y me gustaría, como os decía, darle otra oportunidad. Quiero conocer a Kurt Wallander.
El chino la leímos de manera conjunta en el grupo Todos Somos Alianza. Así, que si queréis conocer otras opiniones sobre la novela podéis pasaros por la web del grupo.
En resumen, ¿POR QUÉ DESPERTAR ESTE LIBRO?
Si queréis conocer la evolución política de China mezclada con unos asesinatos, creo que os podría gustar. Si es al revés, que os gustaría leer una buena novela negra con toques políticos, esta no es vuestra novela.
Más sobre el autor:
>Web oficial de Henning Mankel
>Wikipedia Heninh Mankel
Fuente de la imagen y de la lectura:Mankell, Henning (2008). El chino. Barcelona: Tusquets Editores (Grupo Planeta).