¡El chocolate no es un chuche!

Muchos padres y madres nos han preguntado en materia de nutrición sobre el Chocolate! Ese rico alimento que está casi en el día a día de muchas familias, ¿Cuál es su verdadero aporte? ¿Es realmente ‘bueno’ para los niños?… Decidí preguntar a mi gran amiga y Periodísta Gastronómica Helen Chocolate, ella es experta en Cata de Chocolate para grandes y peques y nos escribió este maravilloso post….

¡El chocolate no es un chuche!

Por Helen López

Soy periodista de gastronomía y llevo años dedicándome al estudio del chocolate, en los últimos 5 años he aumentado considerablemente mi consumo de esta delicia y puedo decir que no ha habido una variación significativa en mi peso. No es que no tenga tendencia a engordar como algunas personas afortunadas, sino que he comido en gran medida chocolate del bueno.

¿Cómo saber cuándo es bueno un chocolate?

En principio he buscado que tengan al menos un 25 por ciento de los que llaman “masa de cacao” o “materia proveniente del cacao”, eso es lo mínimo que debe llevar una barra para que se llame chocolate (al menos lo que se establece en la Unión Europea).

Si esto lo entendemos así, las bebidas “achocolatadas” están muy lejos de ser chocolate, con lo cual tenemos a niños que por la mañana lo primero que consumen es un “chuche líquido” en algunos casos obligados por sus padres que lo consideran un alimento fundamental para su desarrollo. Pues no, tanta azúcar por la mañana o a cualquier hora del día está lejos de ser bueno para la salud.

Buena parte de mi trabajo está dedicado a los niños, desde catas hasta la creación de sus propias tabletas pero lo más importante es poder soñar con la posibilidad de formarlos en el consumo del buen chocolate, no para el futuro sino para los próximos años que serán claves en la formación de sus organismos y especialmente de su cerebro.

¿Por dónde comenzar?

Primero adentrarnos en lo que yo llamo “la literatura de las etiquetas” que implica casi que volverse un experto porque si en algo son eficiente muchas marcas es en confundir a los consumidores. Altos porcentajes de cacao son buenos indicadores pero no suficiente, clave es saber cuánta azúcar y almidón tiene lo que vamos a diluir, lo ideal es buscar algunos chocolates que hablen del origen del cacao, del respeto a sus productores y de ser posible asegurarnos que no hay esclavitud infantil en su producción.

He sido enfática en transmitir a los padres que en algo que no podemos permitir es que nuestros hijos consuman productos que esconden lo que llamo “el verdadero lado oscuro del chocolate” y hablo de las crueles prácticas que mantienen las transnacionales en algunos países de África el mayor exportador de cacao del mundo. En el futuro exigiremos que las marcas lo especifiquen como se han visto obligadas a hacerlo en Estados.

Es una pena tener que ponernos tan serios en un asunto tan maravilloso, estamos hablando de uno de los alimentos más divertidos del mundo, uno de los más vinculados con nuestras emociones y con nuestra niñez, por eso ¿a que vale la pena quererlo, entenderlo y defenderlo?

Una alternativa: comprar cacao en polvo

Lo que en España se conocer como “cacao desgrasado” y hacer nosotros mismos nuestra mezcla, tratando de cada vez agregarle menos azúcar, al principio veremos que el recuerdo del anterior hace que cueste volver a acostumbrarnos, pero poco a poco lo conseguiremos.

Un truco: comprar leche de altísima calidad, en los mercados ecológicos suelen tener algunas muy ricas y ya verán cómo el azúcar de estas leches mejorará considerablemente el sabor. No obstante, si buscamos una buena tableta de chocolate -que en España no suelen estar en el supermercado sino en los apartados gourmet o en algunas chocolaterías- podemos colocarla en la cocina y todas las mañanas animarnos a derretir una onza en la leche de nuestros peques. Esta onza también puede meterse en pan y tostarlo hasta que se derrita. Lo mejor de este experimento es que puede ser compartido, así que animaros a ir hoy mismo a la “caza de buenos chocolates”, a pedirle a los amigos cuando viajen que nos traigan algunos especiales, probarlos y seguro que será un tema de discusión divertido con nuestros chicos.

Ya veremos que cuando es un buen chocolate da igual el porcentaje de cacao que tenga para que les guste a los niños. Sorprende ver cómo consumen chocolates oscuros cuando son de alta calidad e igual de divertido es ver a los padres degustando un buen chocolate blanco que en menos cantidad pero los hay en el mercado.  Lo mejor es adentrarnos en este mundo con pasión porque, créanme, es un alimento que lo merece.

Hay chocolates tan especiales que sólo se comprar por Internet pero eso hace que aprendamos no sólo de nuevos sabores sino de nuevas culturas.  Además ¿quién dijo que tenemos que tomar el mismo chocolate todas las mañanas? Por cierto: el chocolate bueno puede comerse a cualquier hora del día.

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