Ilustración: Marta Ballester
La semana pasada hablé de www.uber.com y de sus consecuencias para el sector del taxi, pero lejos de ser una excepción este tipo de aplicaciones van a ser la norma de la nueva economía que ya constatamos. En realidad estamos viendo la punta del iceberg que está por venir en esta novedosa forma de consumo, donde evolucionamos “del tener propiedades” al “compartir bienes”, un cambio de un calado socio económico de unas dimensiones que ahora mismos no somos capaces ni de intuir.
El crecimiento de estas plataformas web es imparable, su éxito está asegurado por los fuertes puntales de las tecnologías de la información y de los nuevos hábitos de consumo; así como por lo que ya se comienza a denominar “la generación del milenio”, es decir, millones de personas que ya son nativos digitales y que no entienden cosas que para nosotros son cotidianas hasta ahora, y en cambio aceptan este tipo de innovaciones de una forma natural. Generación que es la que va a consumir de una forma nueva, y en consecuencia, o te adaptas o mueres. No sirve prohibir.
Lo hacen porque la tecnología no les da miedo, al contrario, han crecido con ella y relacionarse con otras personas por medio de la red para obtener beneficio económico lo perciben como algo normal, como para usted y para mí ir a las rebajas. Esta nueva generación cambiará con los años el concepto de “desconocido” tal y como lo entendemos ahora. Además, están padeciendo los efectos de la crisis y de la falta de empleo, por lo que cualquier ahorro económico es bueno, y hacerlo por medio de internet lo es, además de legal y plenamente moral y ético, al igual que sucede con el resto del comercio. La primera misión de un mileurista es vivir dignamente con ese dinero, y por eso el sistema colaborativo funciona.
La economía colaborativa de webs como www.eatwith.com, www.blablacar.es, www.vayable.com o www.taskrabbit.com, entre decenas de ellas, las hacen triunfar porque bajan los precios para los consumidores, existe una mayor competencia y hay una mejor oferta, y son beneficiosas para el conjunto de los ciudadanos. Eso sí, y es comprensible, si eres taxista y se te cruza Uber pides su prohibición, pero en cambio usas sin problema www.airbnb.com para alojarte en vacaciones en un apartamento a mitad de precio. Y lo mismo sucede al contrario. Un hotelero, aunque tengo mis dudas, jamás se alojará por medio de Airbnb, pero usará sin problemas Blablacar, Uber o cualquier otra web colaborativa que le ayude a reducir gastos en sus vacaciones
Y es que una cosa es predicar y otra dar trigo. Pero es que forma parte de la naturaleza humana comprar aquello que nos gusta, libremente, con el menor número de intermediarios y al mejor precio, es lo que la humanidad lleva haciendo desde siempre y no va a cambiar ahora. Más bien va a suceder al contrario, que gracias a internet se aumente este fenómeno de la economía colaborativa en la medida que los intermediarios se quedan fueran y por eso los servicios son más baratos.
Qué tiene de malo para los consumidores portales como www.eatwith.com, que pone en contacto a personas que hacen de anfitriones en sus casas y sirven comidas y cenas para otras personas que quieran reunirse y conocer gente. O webs como www.blablacar.es, que realiza la función que toda la vida ha hecho el tablón de anuncios de las facultades universitarias, donde los estudiantes con coche ofrecían su vehículo para compartir gastos de viaje. El ministerio de Fomento anunció esta semana que iba a investigar a esta empresa. Primero, a esto se le llama exponerse a hacer el ridículo. Segundo, es torear de cara a la galería para apaciguar los ánimos tras Uber. Tercero, quedará en nada. Y lo mismo sucede con www.vayable.com (donde se ofrecen rutas turísticas por las ciudades) o en www.taskrabbit.com (que facilita la contratación de servicios, aunque esta web todavía no está operativa en España) Publicado por Javier Atienza