¿Siente usted debilidad por la cantante de tangos Ada Falcón? ¿Vio y apreció Yo no sé qué me han hecho tus ojos de Sergio Wolf? ¿Sigue la carrera cinematográfica de este crítico y realizador argentino? ¿Le interesa el cine que se piensa a sí mismo? ¿Tiene debilidad por los relatos que dan cuenta de alguna obsesión? Quien responda No a la mayoría de estas preguntas, el jueves próximo hará bien en considerar otro(s) estreno(s) antes que Viviré con tu recuerdo. Quien en cambio conteste con al menos un Sí debería agendar el desembarco programado en dos salas porteñas y en la plataforma Qubit.
En Viviré con tu recuerdo Wolf desanda el camino que transitó quince años atrás mientras co-dirigió con Lorena Muñoz Yo no sé qué me han hecho tus ojos. El hallazgo de la lata con la filmación de una entrevista que el realizador creía perdida, y que antes había descartado porque le faltaba el audio, es el punto de partida de la crónica de los intentos por reconstruir el contenido de las declaraciones malogradas, y la excusa para reflexionar sobre el ejercicio cinematográfico y sobre la relación que los documentalistas establecen con las figuras que retratan.
Como en su película anterior, en ésta también Wolf asume un protagonismo a la altura de aquél acordado a Falcón. Como en El color que cayó del cielo, el realizador busca, investiga, prueba, contrasta, descifra a la usanza de los detectives solitarios. Recurre a pocas fuentes de consulta (el maestro Edgardo Cozarinsky entre otras) y pide ayuda a una joven especialista en leer labios.
Viviré con tu recuerdo propone una definición atípica del cine: “Algo que se organiza desde la falta; falta de tiempo, falta de plata, falta de luz”. En este sentido el documental dialoga un poco con El artista (la ficción de Gastón Duprat y Mariano Cohn también gira en torno a un contenido vedado: aquél de las telas que pinta el personaje a cargo de Alberto Laiseca).
Algunos espectadores encontrarán en el documental de Wolf una interesante aproximación al eterno duelo entre memoria y olvido. A simple vista, el título del largometraje les sonará a consuelo frente a la naturaleza irreversible de la muerte. Es posible que, al término de la película, lo entiendan como reacción reparadora ante un pasado que, además de irrecuperable, no se deja recrear.