Revista Cine

El cine es puro teatro… y la vida también

Publicado el 18 noviembre 2012 por Cineinvisible @cineinvisib

Por esas extrañas e inexplicables coincidencias de la vida, 2012 será el año del teatro en el cine por varias razones encadenadas. Si la historia de la relación de las artes escénicas y el cinematógrafo se establece desde sus mismos orígenes (el autor Pablo Iglesias Simón ha publicado diversos artículos apasionantes sobre el tema y, además, disponibles en internet), varios cineastas han decidido rendirle tributo en la actualidad al incluir la escena teatral en el los platós de cine con excelentes resultados.El cine es puro teatro… y la vida también.Alain Resnais en Vous n’avez encore rien vu, gracias a una ligera anécdota, la muerte de un célebre dramaturgo sirve para que se cumplen sus últimas voluntades, reunir en su casa a dos elencos de actores que han interpretado una de sus obras para que la vean montada por una joven compañía teatral, se lanza en una triple versión cruzada de dos texto dramáticos, Eurydice y Cher Antoine ou l’amour raté, del escritor bordelés Jean Anouilh. El resultado: una película hipnótica, bañada en la sublime banda sonora de Mark Snow, sobre el arte de la interpretación, donde se muestra cómo la maestría y la personalidad de cada actor puede impregnar la textura de una composición, y transformar el personaje hasta hacerlo parecer otro. El cine es puro teatro… y la vida también.En César debe morir, Paolo y Vittorio Taviani van más lejos aún. El teatro de la prisión de alta seguridad de Rebibbia va a representar una de las mejores tragedias romanas de Shakespeare, Julio César. El lugar es idóneo dado que, al fin y al cabo, la cárcel se sitúa a las afueras de la capital italiana, los actores más que motivados y con una experiencia vital, que ya quisieran muchos de los integrantes de Actors Studio, y los ensayos, tensos, al filo de una verdadera tragedia. Resultado: un justificadísimo Oso de Oro de la última edición del Festival de Berlín y tres nominaciones a los premiso de cine europeo 2012.El cine es puro teatro… y la vida también.Pero no sólo el teatro se ha invitado a la gran pantalla, también la ópera se ha colado en el cine, con el genial documental de Philippe Béziat, Traviata et nous, con un elenco de película, la mítica Natalie Dessay, Jean-Francois Sivadier o Louis Langrée. Resultado: dos horas de felicidad y 15 días con la musiquita en la cabeza del brindis más famoso de la historia del bel canto: libiamo, amore, amor frai… trala, la, la.El cine es puro teatro… y la vida también.Y por si fuera poco hasta el cabaret se invita al cine y al mejor certamen intercontinental, el Festival 4 más 1, con Frederick Wiseman y su Crazy Horse. Resultado: mi premio personal al mejor vestuario de la selección oficial del festival (lo que viste la luz… no es broma).El cine es puro teatro… y la vida también.Bucles de la historia: hace exactamente 110 años, otra cabareteras, eso sí más jamonas, al gusto de la época, esta vez las del Folies Bergère (o sea, las abuleas del Crazy Horse), aparecían en  Viaje a la Luna, de Georges Méliès (1902) y hace un siglo exactamente, la más famosa actriz del mundo, Sarah Bernhardt, interpretaba el papel principal de Elisabeth, reigne d’Angleterre (1912), de una manera que hoy en día provoca desencajes de mandíbula parecidos al estreno de Aterriza como puedas.El cine es puro teatro… y la vida también.Pero gracias al atractivo en taquilla de esta soberana actriz de teatro, Adolf Zukor compró los derechos de distribución de la película en EE. UU., por la colosal suma de 36.000$, origen de la compañía Paramount Pictures, que este año cumple un siglo, al igual que lo hizo en abril, Universal. El estreno triunfal de este primer largometraje de teatro exhibido en América convenció a Zukor para fundar una compañía, Famous Players Film, y establecer un sistema de contratación, el star system que, con sus altibajos, produjo una de las épocas doradas de Hollywood.El cine es puro teatro… y la vida también.Todo ello, ¿gracias a quién? Al teatro y, si me apuran, a actrices tan monumentales, entregadas, inteligentes y arriesgadas, como hoy en día, Blanca Portillo, Premio Nacional de Teatro 2012 (ya era hora). Enhorabuena, amiga.


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