Revista Salud y Bienestar
El CIPF pone en marcha un proyecto pionero en el estudio de la muerte súbita en deportistas de elite
Por Fat
Científicos del Centro de Investigación Príncipe Felipe han puesto en marcha un proyecto pionero en el estudio de uno de los mecanismos responsables de la muerte súbita. El científico Antonio Díez-Juan, investigador principal del Laboratorio de Regeneración y Reparación Cardiovascular, Unidad Mixta puesta en marcha entre el CIPF y el Instituto de Investigación Sanitaria La Fe; dirige este proyecto que estudiará la llamada displasia arritmogénica del ventrículo derecho, dentro de una línea de investigación dedicada al estudio de las bases moleculares de patologías causantes de muerte súbita, con el objetivo principal de encontrar una metodología diagnóstica y precoz, así como eventuales terapias para revertir estas enfermedades.
Para la puesta en marcha del proyecto, el equipo del científico Antonio Díez-Juan colabora con profesionales procedentes de otras instituciones como Marta Casado, del Instituto de Biomedicina de Valencia, y Joaquín Gadea, de la Universidad de Murcia, que han colaborado en la puesta a punto de diversos modelos. Asimismo, la identificación de los genes asociados con la enfermedad ha corrido a cargo de Lorenzo Montserrat y Martín Ortiz, de la empresa coruñesa Health in Code.
La denominada ‘Miocardiopatía o displasia arritmogénica del ventrículo derecho’ (MAVD) en la que se basa el proyecto, es una mutación genética que conlleva una degeneración del corazón, y está catalogada como una de las principales causas de la muerte súbita en deportistas de elite. Como consecuencia de esta mutación, los cardiomiocitos (células del corazón) adquieren las propiedades del adipocito (células de la grasa), y debido a la acumulación de grasa y a la lipotoxicidad, los cardiomicitos finalmente mueren, con la consiguiente degeneración del tejido cardíaco. Como apunta Antonio Díez-Juan “esta patología conlleva principalmente dos problemas, por una parte la pérdida de masa muscular en el corazón; y por otra, el hecho de que como la grasa es aislante eléctrico, esto da lugar a problemas de conducción que generan una arritmia, y por esta razón los pacientes pueden morir al instante, produciéndose lo que conocemos por muerte súbita”.
El hecho de que la llamada muerte súbita se haya producido sobre todo en deportistas no es casual. Como explica Díez-Juan, “por mecanismos desconocidos que actualmente estamos investigando, la enfermedad se va agravando más si se hace mucho deporte, por lo que la degeneración se acelera, y si se sobrevive a un primer episodio de fallo cardíaco se producen episodios cada vez más graves y frecuentes”. En los casos de personas con una vida más sedentaria, la enfermedad avanza más lentamente y normalmente no es detectada a no ser que se realicen pruebas específicas que sólo suelen realizarse a los familiares asintomáticos de los fallecidos.
**Publicado en "EL MEDICO INTERACTIVO"
Para la puesta en marcha del proyecto, el equipo del científico Antonio Díez-Juan colabora con profesionales procedentes de otras instituciones como Marta Casado, del Instituto de Biomedicina de Valencia, y Joaquín Gadea, de la Universidad de Murcia, que han colaborado en la puesta a punto de diversos modelos. Asimismo, la identificación de los genes asociados con la enfermedad ha corrido a cargo de Lorenzo Montserrat y Martín Ortiz, de la empresa coruñesa Health in Code.
La denominada ‘Miocardiopatía o displasia arritmogénica del ventrículo derecho’ (MAVD) en la que se basa el proyecto, es una mutación genética que conlleva una degeneración del corazón, y está catalogada como una de las principales causas de la muerte súbita en deportistas de elite. Como consecuencia de esta mutación, los cardiomiocitos (células del corazón) adquieren las propiedades del adipocito (células de la grasa), y debido a la acumulación de grasa y a la lipotoxicidad, los cardiomicitos finalmente mueren, con la consiguiente degeneración del tejido cardíaco. Como apunta Antonio Díez-Juan “esta patología conlleva principalmente dos problemas, por una parte la pérdida de masa muscular en el corazón; y por otra, el hecho de que como la grasa es aislante eléctrico, esto da lugar a problemas de conducción que generan una arritmia, y por esta razón los pacientes pueden morir al instante, produciéndose lo que conocemos por muerte súbita”.
El hecho de que la llamada muerte súbita se haya producido sobre todo en deportistas no es casual. Como explica Díez-Juan, “por mecanismos desconocidos que actualmente estamos investigando, la enfermedad se va agravando más si se hace mucho deporte, por lo que la degeneración se acelera, y si se sobrevive a un primer episodio de fallo cardíaco se producen episodios cada vez más graves y frecuentes”. En los casos de personas con una vida más sedentaria, la enfermedad avanza más lentamente y normalmente no es detectada a no ser que se realicen pruebas específicas que sólo suelen realizarse a los familiares asintomáticos de los fallecidos.
**Publicado en "EL MEDICO INTERACTIVO"
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