Muchos clientes me suelen plantear la misma pregunta: ¿Usar o no usar clicker en el adiestramiento de los perros? Seguro que más de uno de vosotros se habrá planteado lo mismo a la hora de empezar a enseñar a su mascota a que se siente o a que aprenda alguna habilidad (trickdogging). Pero, para los poco entendidos en el tema, empecemos por el principio.
¿Qué es un clicker?
Técnicamente, es un reforzador condicionado o lo que es lo mismo, un estímulo neutro, sin ningún significado o valor a priori para el perro (en este caso un sonido: click) que al presentarse repetidamente junto a un reforzador primario: premio (generalmente comida) adquiere el mismo valor reforzador de ese premio. Es decir, si damos repetidamente a nuestro perro un trozo de comida y, previamente, hacemos sonar el click; cuando hayamos repetido esto suficientemente, el clicker estará “cargado”, es decir, tendrá el mismo valor reforzador que la comida y, por tanto, puede servirnos para reforzar conductas. El clicker tiene su origen en los EE UU siendo el afamado psicólogo y padre del Conductismo Burrhus Frederich Skinner el que popularizaría su uso en los años 60.
Una de las características que hacen tan atractivo el uso del clicker es la posibilidad de “capturar” conductas que, con otras técnicas de adiestramiento, serían complicadas de enseñar. Por ejemplo, si queremos que un perro haga el triste (que se ponga la pata en la cara) es relativamente sencillo enseñarlo con un clicker: ponemos alguna molestia en el hocico del perro (y cuando decimos molestia, es molestia): un poss-it, una goma del pelo… y, cuando se lleve la pata al hocico para quitarse el objeto, clickamos; la conducta quedaría pues reforzada intentando el perro repetir la conducta para conseguir el premio. Repetimos la acción hasta que el animal fije la conducta o la realice como nosotros queramos. Hacer esto mediante el guiado con comida o luring resultaría más complicado.
El clicker lo podemos utilizar pues para la enseñanza de nuevas conductas y, a mi particularmente, me gusta usarlo para lo que llamamos moldeado libre: esperar que el perro genere conducta por sí mismo interactuando con un objeto: caja, juguete, una silla etc capturando con el clicker las acciones que nos parezcan interesantes: meter una pata en la caja, morder el juguete y transportarlo, etc. Además, este tipo de trabajos te ofrece la posibilidad de encadenar conductas para obtener otras más complejas. En todo caso, si queréis iniciaros en el uso del clicker os podéis leer el libro de Karen Pryor: Introducción al adiestramiento con clicker
Sobre el autor:
David Ordóñez es responsable de Perruneando en Jaén, empresa dedicada a la educación y adiestramiento canino y a la modificación de Conductas inadecuadas (www.perruneando.com ) David tiene un Máster en Terapia Asistida por Perros por la Universidad de Sevilla donde ha sido profesor de prácticas. También colabora habitualmente con el Departamento de Psicología de la Universidad de Jaén. Puedes seguirle en twitter: @davidogs
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