Revista 100% Verde

El coche eléctrico y el almacenamiento en red (II)

Por Ecointeligencia @ecointeligencia

La bicicleta eléctrica toma nuestras calles

Como ya vimos, estamos viviendo el desarrollo de las redes inteligentes de suministro eléctrico y de los avances en el campo de la electromovilidad, lo que nos permitirá a los consumidores participar en la gestión de su demanda, donde se nos abre un mundo de aplicaciones potenciales casi de ciencia ficción.

Una vez introducido el concepto de V2G, siglas en inglés de Vehicle-to-Grid (en castellano, del vehículo a la red), podemos recordar que es la tecnología que permite el almacenamiento desde las baterías de los vehículos eléctricos a la red cuando la electricidad es más barata y la recuperación de la electricidad cuando es más cara.

Con respecto a la recarga de los vehículos eléctricos, ésta puede ser conductiva o inductiva. El sistema conductivo es una conexión directa a la red, enchufando el vehículo mediante cables especiales de alta capacidad con conectores que protejen al conductor de los altos voltajes. El acoplamiento inductivo tiene la ventaja de imposibilitar cualquier electrocución, pero es más caro y menos eficiente que el primero.

Otra cuestión a tener en cuenta es que normalmente el cargador convierte la corriente en corriente y la suministra al voltaje adecuado a la batería, desde donde se suministra al motor y a las ruedas. Algunos motores funcionan con corriente alterna, por lo que un inversor debe convertir la corriente continua de la batería.

El coche eléctrico sustituye a los tractores en las cabalgatas

Dado que en la mayoría de los países, la tarifa nocturna o valle es inferior a la normal, lo ideal sería recargar las baterías por la noche. Una red inteligente ó smartgrid, con decenas de miles de puntos de recarga en calles y aparcamientos, y el software apropiado, avisaría al vehículo cuando debe recargar, parar e incluso verter la electricidad a la red.

Podemos definir al coche particular como ese vehículo que se utiliza una hora diaria y las otras 23 está parado

De esta manera, los vehículos eléctricos pueden jugar un papel clave para empezar a gestionar mejor la red, aplanar la curva de carga, hacer uso de la desaprovechada reserva activa, que es la cantidad de electricidad que garantiza la inmediata disponibilidad en caso de necesidad por un aumento inesperado de la demanda, además de permitir un aumento de la aportación de la eólica y otras renovables.

La moto eléctrica es una killer application de la moto de combustión

La reserva activa podría suministrar la electricidad que consume un tercio del parque de vehículos en la mayoría de los países (con la red adecuada), y evitaría tener que crear una capacidad de generación muy costosa que sólo se utiliza unas pocas horas al año, esas 30 o 40 que coinciden con olas de frío o de calor.

Unos números someros: un coche eléctrico que recorra unos 17.000 kilómetros al año y realice la recarga en un 80% con tarifa nocturna, gastaría unos 800 euros al año en electricidad. Esos mismos kilómetros con gasolina o gasóleo costaría entre 2.000 a 2.500 euros, con unas pautas normales de conducción.

El coche eléctrico cada vez más presente

El futuro de la tecnología V2G será dar soporte y respaldo a las energías renovables. La intermitencia y la variabilidad de las dos fuentes más grandes de energía como son el sol y el viento, pueden ser controladas mediante el almacenamiento y respaldo que ofrecen los vehículos eléctricos. El respaldo mediante el aporte de energía en caso de que las fuentes renovables sean insuficientes y de almacenamiento para absorber excedente energético y entregarlo más tarde.

¿Ves cerca la implantación de estas tecnologías en nuestros hogares?


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