Revista Comunicación

El código abierto garantiza que la Administración no pague dos veces por lo mismo

Publicado el 01 agosto 2013 por Bikuma @BikumaGlobal
  • Eunate Ramírez cree que liberar los programas financiados por las instituciones públicas genera un “círculo virtuoso” de generación de conocimiento y riqueza.
  • La gerente de ESLE afirma que las empresas de ‘software libre’ generan empleo y tributan a nivel local frente a las multinacionales que lo hacen en el extranjero.
  • Echa en falta más iniciativas dedicadas a prestar servicios y tecnología específicos para la industria estratégica de Euskadi.

ESLE código abierto

Eunate Ramírez (1978, Barakaldo) es la encargada de ejecutar la estrategia de ESLE, asociación de empresas de ‘software libre’ de Euskadi. Profesional del sector de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) desde el año 2002, cuando entró en el grupo Versia como directora de varios proyectos, en 2009 se incorporó a ESLE como gerente. Las empresas de esta organización han multiplicado su número de empleados por seis en los últimos 8 años y su perspectiva para el futuro cercano es la de seguir creciendo. Empezaron representando a sociedades cuyo negocio estaba en los programas, pero ya han dado el salto a toda la industria en torno a la transferencia del conocimiento abierto, como el ‘open-data’, la ‘open-innovation’ o los bufetes especializados este mundo. “El siguiente paso es que queremos ser un cluster”, adelanta Ramírez.

El código abierto garantiza que la Administración no pague dos veces por lo mismo

Pregunta: Como sector en pleno crecimiento…

Respuesta: Es verdad que somos un sector emergente, pero también estamos ya muy consolidados, aunque parezca paradójico. Las empresas de ‘software libre’ son una realidad en el mercado desde hace ya muchos años. Lo que sí es cierto es que es un tejido tremendamente innovador y tremendamente joven, que a pesar de estar consolidado sigue generando muchas empresas.

P: Estará consolidado, pero como máximo, ¿qué tiene? ¿una década?

R: Para los ciclos económicos e industriales actuales eso ya es un peso importante. Hoy en día cinco años es mucho tiempo en la economía.

P: ¿Esperan mantener la perspectiva de crecimiento más allá del corto plazo?

R: Estamos en el comienzo de esta era. Nos hemos alineado con las estrategias tecnológicas no sólo del Gobierno vasco, sino las estatales y también las que marca Europa 2020. Son unas políticas que tocan sensibilidades y conceptos que hasta hace poco no se tenían y que nos van a servir para crecer más.

P: ¿Podría concretar a qué tipo de políticas se refiere?

R: Los ciudadanos pagan sus impuestos y la administración tiene la obligación de facto de ser eficiente con este dinero. Por ejemplo: no tiene ningún sentido que Osakidetza e Industria paguen por el mismo desarrollo de ‘software’ porque sus proveedores les han vendido un producto que desconocen. En este sentido, el código abierto garantiza que la administración no pague dos veces por lo mismo. Además una vez que se libera, ese código vuelve a estar a disposición del ciudadano.

P: ¿Y eso para qué sirve?

R: Pues yo como ciudadano lo puedo coger, lo puedo mejorar y lo puedo vender a un tercero. Con ese dinero público se genera un círculo virtuoso que genera riqueza. Eso es lo que se pretendió con el decreto de liberalización y reutilización de aplicaciones que se puso en marcha el año pasado. El ‘opendata’ es el mismo concepto, liberar un dato por el que los ciudadanos han pagado.

P: También es una forma de monitorizar a los políticos con la que está cayendo, ¿no?

R: Es que el político tiene la obligación ética y moral de sacar el mayor partido posible al dinero de todos y, sobre todo, de devolver a la ciudadanía lo que la ciudadanía le está pidiendo. Por eso le digo que el ‘software libre’ y todo lo que gira a su alrededor son conceptos que van más allá de la tecnología.

P: Los datos indican que el sector público vasco está un paso por detrás en el uso de ‘software libre’ frente a los hogares y las empresas. ¿A qué se debe?

R: Es una cuestión de inseguridad, de miedo al cambio. Lo peor de la tecnología es que no se queda quieta, le pides a los trabajadores públicos, a los funcionarios, que se reciclen constantemente. ¿Cómo le pides a una persona que lleva trabajando 30 años con lo mismo que cambie todo de la noche a la mañana? Es muy complicado.

P: ¿Y cómo se vence esta resistencia?

R: Con voluntad política.

P: Con la crisis y con la idea de que la administración ahorre dinero, ahora mismo verán una oportunidad, ¿no?

R: El ‘software libre’ supone un ahorro a medio largo plazo, pero a corto plazo no. Migrar todos los sistemas que actualmente usa la administración manteniendo el nivel de servicio requiere una inversión importante. No es lo mismo que empezar de 0, en ese caso sí sería mucho más barato.

Conocimiento local

P: Teniendo en cuenta que sus clientes se ahorran el pago de licencias, ¿cómo genera dinero una empresa de software libre?

R: La mejor forma de entenderlo es con un ejemplo. Pongamos el caso de una PYME, una carpintería con cinco empleados. Necesitan llevar la contabilidad y quieren comprar un programa que les facilite la tarea. Pueden recurrir a un paquete cerrado que le venta un proveedor y esa aplicación le dará un servicio ajustado a sus necesidades de ese momento, pero si necesita ampliarlo porque la empresa crece estará obligado a seguir recurriendo una y otra vez a los mismos y sin saber muy bien lo que le venden. También puede tomar la decisión de instalar una aplicación abierta que le va a permitir adaptarse al futuro. Si tiene conocimientos técnicos él mismo podrá desarrollar sobre la base y si carece de ellos podrá contratar a cualquier empresa para que adapte sus programas a sus nuevas necesidades.

P: ¿Entonces las empresas de código abierto sacan sus beneficios de adaptar los programas a medida?

R: Sí y también venden formación para utilizar las aplicaciones que instalan, el mantenimiento de esos programas y otro tipo de servicios, como la consultoría de las herramientas que puede llegar a necesitar un cliente. Todo ello con la ventaja de que en el momento en el que no está satisfecho, el cliente puede cambiar de proveedor tecnológico y aprovechar todo lo que tenía instalado.

P: Cuando se habla de ustedes, se pone en valor que sus empresas trabajan a nivel local…

R: Tenga en cuenta que Microsoft no tributa en Euskadi, con lo que cuando se compra una de sus licencias se genera riqueza en Alabama, Wisconsin o donde quiera que tributen. Nuestras empresas, sin embargo, están aquí y todo el empleo y riqueza que generen repercuten directamente en nuestras haciendas. Y no sólo eso, también generan conocimiento aquí. Eso permite crear un tejido referente en Euskadi que podría vender en otras partes.

P: ¿Qué tipo de servicios cubre el ‘software libre’ en Euskadi y qué le queda por cubrir?

R: Tenemos muchas empresas especializadas en la capa alta, herramientas de gestión, portales de Internet, pero nadie se está metiendo en los procesos productivos de las empresas industriales. Por ejemplo, los programas que controlan las fresadoras y otros aparatos de máquina-herramienta. Si nuestras industrias estratégicas no tuvieran que comprar a una multinacional alemana y pudieran recurrir a un proveedor local ganarían muchísima competitividad.


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