El Borbón tiene que abdicar, Rubalcaba que dimitir, hay primarias en el PSOE e IU, Rajoy, asustado, saca del armario -del que nunca acabar de salir- que el alcalde sea el que
encabece la lista más votada y una jauría de perros de presa, amaestrados por la generosa nómina, andan como locos, de tertulia en sacristía, echando ácido sulfúrico sobre su imagen, sus ideas y su coleta.
Pablo Manuel Iglesias Turrión tiene 36 años y cuando algún indocumentado, tipo Inda o Marhuenda, le espetaron: ¿Tú quién eres, don nadie? El chaval le dijo que era licenciado en Derecho (promoción de 2001) y en Ciencia Política (con premio extraordinario, en 2004) por la Universidad Complutense de Madrid, donde también obtuvo el doctorado en 2008, con una tesis sobre la acción colectiva postnacional. Otros estudios de posgrado realizados incluyen un máster en Humanidades (2010) por la Universidad Carlos III con una tesis sobre análisis político del cine, y un Master of Arts in Communication (2011) por el European Graduate School (Suiza), donde realizó cursos de filosofía de los medios de comunicación y estudió teoría política, cine y psicoanálisis, con 13 matrículas de honor. Habla cinco idiomas (como Rajoy y la Botella).
Quiere decir esto que a los habituales espantapájaros de la derecha ya no les puede ir el explotado rollo del indocumentado, el despectivo trato habitual con el mecánico de coches espabilado.
En los sobornados timbales de la derecha están de los nervios. Intuyen que se les puede acabar el chollo y ya le dado tres vueltas a sus clásicos mocos de pavos: Chavista, Bolivariano, financiado y de ETA. No saben más cosas, porque de sobresueldos, financiación irregular, tesoreros imputados y diferidos son masters por la Universidad Nacional de la Corrupción a Gran Escala.
-¿Dígame la lista de los Reyes Godos?
– Naseiro, Sanchís, Lapuerta y Bárcenas.
¿Seguro que son esos?
-Me falta Wifredo el Velloso, que está en La Moncloa.
-Sobresaliente cum laude.
La melopea de la derecha, cuando no la paran con veinte gin –tonics de más en la Gran Vía o a un metro de la cochera del Ministro de Injusticia, es alta. Extrapolan datos, cifras, encuestas, intenciones de voto y no le salen las cuentas. ¡Mira tú si a los seis millones de parados, los cientos de miles de desahuciados, estafados por preferentes, puertas giratorias de eléctricas y demás familia le da por votar al tío este de la coleta! ¡Qué hacemos, que tenemos que cerrar el chiringuito!
Toda la basca neoliberal, nutrida de mentiras, despidos y sueldos mínimos cancelados en El Escorial está que se lo tocan. La Cospe, secretaria general de un partido sospechoso de hasta haber matado a Keneddy, quiere que el Fiscal General de Estado y de la Jons, investigue la “conexión etarra” del de la Coleta. La Espe, chulapa y olé, teclea en las páginas del ABC antes de salir fugada de nuevo, el Pons y el Floriano hacen lo que saben: competir en quien dice la chorrada más gorda y hasta Felipe González se vuelve a poner la camisa azul de la OJE.
– A ver pollo, ¿Quién fue Pablo Iglesias?
-Era un señor con barba, tipógrafo, que hablaba del proletariado
¡Como usted!
No. Yo llevo coleta y hablo de la casta.
¿Y eso que es?
¿Y usted me lo pregunta? La casta es usted, don Bertín.
El futuro está por venir, los aviones y las cuentas en Suiza por salir y las municipales por votar. Pero en las grandes alamedas y avenidas de este país de mangantes y débiles mentales –hay muchas belenes-esteban y bertines-osbornes- también hay mucha gente que sueña que los caballos Fatalgos, galopen, galopen, hasta enterrarlos en el mar. Por allí andan.
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