Revista América Latina

El complejo de David

Publicado el 15 marzo 2015 por Ángel Santiesteban Prats @AngelSantiesteb

castro y sus aliadosEl sueño de Fidel Castro fue ser el sustituto de Bolívar.  En su manía de grandeza y su megalomanía, quiso ser el centro del universo.

Sus planes de crear guerrillas en cada país posible –donde incluyó casi todos los de América Latina, y en los que no, apoyó los movimientos de izquierda extrema en aras de desestabilizar esos poderes–  luego sirvieron de justificación para que los militares instauraran sus dictaduras. Pero eso es ya historia antigua. La realidad de los cubanos es que el régimen totalitario permanece gobernando el archipiélago a puro miedo gracias a las encarcelaciones, golpizas y persecución que, aunque no sea historia pasada, es la misma en más de medio siglo.

Podríamos pensar que nada puede ser peor para un país que no goza de los más mínimos derechos humanos, que nuestra suerte esté hecha y nada podrá cambiar la realidad de los cubanos –máxime ahora cuando la Unión Europea se debate entre dar por concluida su “Posición Común”, y los Estados Unidos mantienen conversaciones para restablecer las relaciones diplomáticas con los hermanos Castro mientras los disidentes entran y salen de las cárceles ante los ojos de la humanidad que prefiere pensar en sus bolsillos, el pago de su auto del año, y cubrir los gastos de sus próximas vacaciones, y que –aunque tengan ganado ese derecho– se olvidan que un ser humano, familias enteras, comunidades, pueden desaparecer por la picada de un pequeño insecto.

Cuba podría significar ese diminuto enemigo que les cambie la vida una vez que el gobierno norteamericano libere las circunstancias que, por décadas, han evitado que ese peligro tome fuerzas.

La familia Castro es una amenaza constante que podría retomar sus planes de dominación una vez que sus arcas del tesoro mejoren su pésima salud actual. El sueño de un David enfrentando a Goliat es un anhelo vivo, heredado por las nuevas generaciones de la familia real al estilo caribeño de la que fundara Kim Il-sung en Corea del Norte.

Entonces, los planes de esas personas que hoy solo se preocupan por pagar sus cuentas, mañana vivirán el horror de una tiranía tocando sus puertas, por lo que sabrán –quizá demasiado tarde– lo que sufrimos hoy los cubanos, y que no es igual, por peligroso que sea, tener un país comunista en Asia que a noventa millas.

Quizás parezca una alucinación o que le he dado rienda suelta a mi imaginación de creador, pero para eso está la historia, y aquellos que luego fueron enemigos de la civilización, comenzaron siendo estados aparentemente inofensivos, vencidos en la Primera Guerra Mundial, con la autoestima nacional en total depresión.

Pensado así daría risa, pero si repasamos quiénes son los aliados del régimen comunista de los Castro, seguro la risa se esfuma: Rusia, China, Corea del Norte, Irán, Venezuela, entre otros.

La manía de grandeza es una enfermedad incurable, y aquí, frente a sus narices, están sus enfermos.

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Ángel Santiesteban-Prats

Prisión Unidad de Guardafronteras. La Habana. Marzo de 2015.


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