Revista Opinión

El consumismo salvaje y los padres gilipollas

Publicado el 21 diciembre 2011 por Cavalleto
El consumismo salvaje y los padres gilipollas

Foto: ElPais.com

Hay varias formas de afrontar una situación de crisis económica en tu familia. Hay parejas que prefieren ocultar a sus hijos que “papá se ha quedado sin trabajo”. Piensan que contar la verdad les puede provocar algún tipo de trauma infantil. Respeto esa decisión, cada uno decide cómo educar a sus hijos y hasta qué punto quieren proteger a su prole del contacto con la cruda realidad en la que viven.

Pero este año la Navidad y la lista a los Reyes Magos parece que tampoco tienen contacto con la realidad en la que viven muchas familias. Van tirando del paro y de alguna tarjeta de crédito, y como no le cuentan la verdad a los niños se encuentran con que la lista de regalos es tan extensa como de costumbre. En ese punto podrían tomar conciencia y decidir contar la “verdad”. Pero ni aún así lo hacen; todo lo contrario, se van a hacer cola durante una hora en una tienda, desde las 9 de la mañana, para poder conseguir la muñeca que quiere la niña y que cuesta una pasta.

Esta reflexión que hago en voz alta me viene a raíz de leer esta noticia que me ha dejado mosqueado e indignado a partes iguales:

Decenas de padres hacen cola frente a las tiendas para conseguir el juguete estrella de la Navidad. Algunos se pelean para conseguir el modelo de la hija del Conde Drácula

“Esto lo hacen para que los padres vengan varias veces y compren otras cosas”, se lamenta un padre, que en uno de los corrillos mientras esperan la apertura de la tienda confiesa que ha pedido un día de descanso en el trabajo para hacer la cola. Igual que otro de los hombres con los que trata de apalabrar la compra de las muñecas Monster High: “Tengo dos días de vacaciones, y los dos me he tenido que levantar temprano, para hacer la cola, pues el primer día no quedaba nada”, relata este joven padre junto a su esposa, que tiene en sus manos el preciado regalo. (fuente: ElPais.com)

Lo primero que tengo que decir al leer esta noticia es que os pido que alguien me de un tiro de gracia si alguna vez en mi vida llego a tales extremos de consumismo salvaje. En serio, que me quiten de enmedio con un tiro, que si alguna vez hago algo así es que he traicionado mis valores humanos.

No digo que si mi niña el día de mañana se encoña con una muñeca no haga todo lo posible para tenerla, pero todo tiene un límite. Pedir un día libre en el trabajo para comprar una muñeca es lo más absurdo y ridículo que he visto en muchos años. Ya no digo la gente que hizo cola el otro día durante toda la noche para conseguir entradas para ver a Bruce Springteen en Barcelona (cuando se podían comprar cómodamente desde internet), que cada uno dedica su tiempo libre en lo que quiere. Pero dejar de ir a trabajar por una puta muñeca es muy fuerte.

Luego vendrán los llantos y lamentos si tu jefe te dice que “no estás en lo que estás” y que te vas a ir a la calle. Llamarás cabrón al empresario, opresor de la clase obrera, que tú con tu día libre en el curro haces lo que quieras… Pero en realidad te está haciendo un favor. Te dará tiempo libre para que recuperes el sentido común, madures y descubras que todo capricho infantil tiene un límite, de lo contrario hay que pagar un elevado precio.

Y tú? Has hecho colas estas navidades por un juguete?


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