
The accountant (Gavin O’Connor, 2016. EEUU): problemático, tanto a nivel de pre-producción como en sus visibles resultados, sin ir más lejos en su compleja trama, thriller sobre un hombre con autismo que se dedica, dada su extrañísima habilidad con los números, a maquillar la contabilidad de los mayores criminales del planeta. Construido sobre una (poco cuidada) capa ochentera y sobre flashbacks nunca bien insertados ni explicados del todo, recurre a la violencia cuando, evidentemente, todo lo demás (ya mencionado) falla, incluyendo a un Ben Affleck que, en su sosera (su capacidad como director nada tiene que ver, pues ahí va camino de convertirse en un grande), puede hasta hacerlo bien, según los ojos de cada cual. Podría haber sido una gran película… pero se queda en un violento policíaco, uno más de tantos, sin más. La mejor película de O’Connor, la lumetiana Cuestión de honor (2008) queda a años luz. Warrior, que era más que estimable, ni se estrenó en nuestro país.







