Revista Cultura y Ocio

El coraje de Miss Redfield, de Ana R. Cañil

Publicado el 03 febrero 2013 por Goizeder Lamariano Martín

El coraje de Miss Redfield, de Ana R. Cañil Título: El coraje de Miss Redfield Autora: Ana R. Cañil Editorial: Espasa Año de publicación: 2012 Páginas: 306 ISBN: 9788467008821 El 15 de diciembre gané El coraje de Miss Redfield, de Ana R. Cañil, en un sorteo que Rosalía organizó en su blog Lo que leo. Me hizo muchísima ilusión porque tenía muchas ganas de leer este libro, que por fin, tras una larga espera, me llegó a casa el 21 de enero. Y solo puedo deciros que la espera ha merecido mucho la pena, que el libro me ha durado menos de una semana entre las manos y que me ha encantado y me ha dado muchísima pena terminar esta gran historia que me ha encandilado y que sin duda os recomiendo.  Elsa Redfield es una joven inglesa de 28 años que en 1962 llega a Madrid para trabajar en el palacete de Cerroalto, el hogar de la familia Peñalara, para trabajar como nanny de Jaime, el nieto pequeño de doña Lily, la duquesa de Peñalara. Elsa llega a esta familia aristocrática, pero también muy peculiar, avalada por la recomendación de Miss Hibbs, la nanny de la familia Martínez-Bordiú, es decir, de los nietos de Franco, a quien todos conocen en Madrid como la nannísima.
Beryl Hibbs estuvo a punto de ser la cuñada de Elsa y para ella siempre será Beryl Grande. Porque siempre ha sido como una madre para ella, especialmente desde que las dos tuvieron que sobrevivir a los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial acompañadas por Beryl Adams, Beryl Pequeña, la primera niña a la que Miss Hibbs cuidó como nanny. Una niña consentida, mimada y muy especial. Una cabeza hueca que traerá a todos por la calle de la amargura. Gracias a la admiración y el cariño que Elsa siente por Beryl Grande sigue sus consejos e ingresa en Norland College, el centro en el que se forman las nannys más reputadas de toda Europa, y decide dedicar su vida a cuidar a los hijos de otras y a vivir con otras familias que no son las suyas. Y así llega a Madrid tras trabajar en Múnich y en París. Poco a poco tanto el lector como Miss Redfield irán conociendo a los miembros de la familia Peñalara y al resto de personas que viven en el palacete de Cerroalto. La duquesa, doña Lily, es una mujer luchadora, que por encima de todo ama a su familia y está dispuesta a todo con tal de defenderla. Es entrañable, dulce, tierna, pero también es fuerte y hace lo que quiere y cuando quiere, no se deja amilanar por las convenciones sociales, el qué dirán o las apariencias. Vive su vida como ella quiere. Su hijo Manuel es un hombre que también tiene sus propias ideas políticas y lucha por defenderlas, aunque sea algo arriesgado viviendo en una dictadura. Está casado con Marta, una argentina que nunca ha encajado en la familia Peñalara. Jamás ha sido una buena esposa, una buena madre ni, mucho menos, una buena nuera. Las hijas de Manuel y Marta, Vera y Beatriz, son dos niñas que han heredado el carácter de su madre y que siempre quieren salirse con la suya. Menos mal que Miss Redfield solo tiene que cuidar a su hermano pequeño, Jaime, y no a ellas. Por temporadas también vive en Cerroalto el ahijado de doña Lily, Alejo Campos de Sola, conde de Gandarilla, a quien en Madrid todos conocen como el Conde Rojo por ser comunista y renegar de su familia, su título nobiliario y su origen aristocrático. Es un hombre cínico, que siempre ve el lado positivo de todo, con un gran sentido del humor y sin ningún tipo de pudor o vergüenza que siempre está dispuesto a decir lo que piensa y a dejarse llevar por sus sentimientos. Todo lo contrario que Miss Redfield, que ha sido educada en la discreción y en la contención, para no dejarse llevar por sus sentimientos, para ni siquiera tenerlos, para ocultarlos e ignorarlos. Es una mujer excesivamente responsable, austera, seria, competente, serena. En cambio, Elsa no es así. Es temperamental y sensible y por eso continuamente la joven inglesa tiene que mantener una dura lucha interna entre sus dos yo: Elsa y Miss Redfield. ¿Quién se impondrá al final? Por si fuera poco con los miembros de la familia Peñalara, Miss Redfield tendrá que hacer frente también a las personas que trabajan y viven en el palacete de Cerroalto. Basi, la cocinera; Eugenia, la criada y su marido Aurelio, el chófer. A su llegada los tres ven a Miss Redfield como una intrusa, una extraña, una extranjera demasiado diferente a ellos en la forma de ser, de hablar y hasta de vestir. No les cae nada bien la señorita zanahoria, tan pelirroja, tan blanca, tan llena de pecas, tan estirada y responsable. ¿Será Miss Redfield capaz de romper todas esas barreras y ganarse la confianza, el cariño y la complicidad de los Peñalara y sus sirvientes o, por el contrario, tendrá que ser Elsa la que lo consiga? Poco a poco Elsa irá formando parte de la familia Peñalara, de su día a día, de su presente, pero también de su pasado. No quiero desvelaros nada de la trama, tan solo deciros que esta familia aristocrática oculta muchos secretos, muchas historias, muchas heridas que aún no se han cerrado. Heridas en las que Elsa, sin quererlo, se verá envuelta, como también se verá atrapada por una inesperada historia de amor y pasión... Me ha encantado esta novela, la historia que nos cuenta, el misterio, los secretos que poco a poco se van desvelando, la forma en la que une pasado y presente, la manera en la que las historias y los distintos personajes se entrecruzan a pesar de la distancia y del paso del tiempo. Pero también me ha gustado mucho el estilo, ágil, rápido, fluido, que ha hecho que la historia me haya atrapado desde la primera y hasta la última página y que esté deseando leer el resto de obras de Ana R. Cañil. Al margen de la trama, que incluye historias dentro de historias, como la de doña Luz, que me ha cautivado y fascinado, también quiero destacar cómo se trata todo lo relacionado con las nannys. Sus reuniones en el Club Puerta de Hierro, su entrega a unos hijos que no son suyos, a unas familias que no son las suyas, su forma de guardar las distancias, su lealtad y, por encima de todo, su capacidad para renunciar a una vida propia, a unos hijos, a unas familias, a cambio de su trabajo, su reputación y su profesionalidad. Si tengo que ponerle un pero a esta novela es el final, me ha decepcionado un poco, no ha sido lo que yo esperaba, no he compartido la decisión de Elsa. Pero como he cogido tanto cariño a todos los personajes, como me he sentido parte de la familia Peñalara a lo largo de todo el libro, no puedo más que respetar su decisión como si fuese la de una amiga, la de alguien muy querido a quien lo único que se desea es que sea feliz, con quien sea, donde sea. Ahora solo me queda animaros a adentraros en esta historia que sin duda os gustará y que, como a mí, os hará admirar a Elsa y, cómo no, el coraje de Miss Redfield.  

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