Revista Religión
REFLEXIONES CRISTIANAS - Porque como estuvo Jonás en elvientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre enel corazón de la tierra tres días y tres noches. Mateo 12:40.
¡Por favor, no me digas que estás fracasado, si crees en elSeñor Jesucristo! Estás herido, tal vez; has recibido un golpe tan fuerte quehasta perdiste las ganas de vivir, es posible. Pero, fracasado nunca.
Este es uno de los mensajes del versículo de hoy. Ladeclaración de Jesús es más que una simple profecía relativa a su propia muertey resurrección: es, también, la promesa profética de que, mientras vivas eneste mundo de dolor, el sufrimiento y los ataques del enemigo te puedenalcanzar. Pero lo que el enemigo te haga, por más terrible que sea, no es elpunto final de la historia.
Jonás descendió a las profundidades más tenebrosas del mar.Quién podría decir que un hombre, tragado por un pez gigantesco, podría volvera la vida. ¡Era imposible! Jonás estaba acabado. ¿Acabado? Desde el punto devista humano, tal vez; jamás, desde la perspectiva divina. Después de tres díasy tres noches, sucedió lo improbable: el pez lo arrojó vivo en la playa, y lamisión interrumpida de Jonás fue cumplida.
Con Jesús sucedió lo mismo: había sido crucificado en lacruz del Calvario, y Satanás pensó que había vencido. Jesús estaba muerto; ¿noes la muerte el fin de todo? Sí, para los seres humanos; jamás, para Jesús.Pero, al tercer día, el cuerpo del Maestro todavía se encontraba en el seno dela tierra, y el enemigo continuaba profiriendo carcajadas de victoria en eluniverso.
Era el primer día de la semana. Amaneció como cualquier otrodía. Pero repentinamente la tumba se abrió; la muerte tuvo que dar lugar a lavida y Jesús resucitó.
¿Sabes lo que Jesús te dice hoy? ¡No temas, aunque todo teparezca perdido! No desesperes, aunque tus ojos no vean la salida; aunque tudía no tenga sol ni las aves canten en tu jardín. Aunque el corazón te repita,una y otra vez, que llegaste al final, no le creas: ¡Dios continúa en elcomando de la situación! Dios es vida, y mientras te refugies en sus brazos, nohabrá lugar para la muerte.
¿Te sientes hoy en el fondo del mar o en el corazón de latierra? Vuelve los ojos a Dios; reconoce tu insignificancia. Pero, al mismotiempo, reconoce el poder de Dios y sigue adelante, a pesar de lascircunstancias, “porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres díasy tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tresdías y tres noches”. ¿Por qué no lo estarías tú, también?