Un detective privado de simbólico nombre, Harry Angel (Mickey Rourke todavía en plena forma), que está pasando una mala racha, es contratado en Nueva York por un misterioso personaje (Robert De Niro encarnando a otro personaje de simbolismo evidente: Louis Cyphre). El encargo consiste en encontrar a un hombre desaparecido. Cuando conoce a Epiphany Proudfoot (Lisa Bonet), hija de un sacerdote vudú, se suceden extrañas muertes, que parecen estar relacionadas con la magia negra y que implican a Harry de una manera cada vez más personal.
amenaza religiosa invisible, aire de fatalidad
La novela de William Hjortsberg se desarrolla básicamente en Nueva York, integrando a estos personajes y ambientes en escenarios cercanos: ceremonias vudú en pleno Central Park, visitas de Cyphre a librerías, asociaciones y centros culturales para hablar del Ángel Caído… Si bien conceptualmente y desde un punto de vista literario es todo un atrevimiento insertar lo irracional y esotérico en ambientes cotidianos —y este ha sido uno de los filones de la ficción de terror moderna—, Alan Parker necesita escenarios sobre los que edificar una iconografía para plasmar su estética, de ahí que buena parte del metraje se desarrolle en Nueva Orleans.
Por otro lado, a este singular punto de partida —el misterioso encargo que recibe el detective, la amenaza religiosa invisible, el aire de fatalidad que se cierne sobre el protagonista— se suman otros temas no menos llamativos: músicos de jazz que sellan pactos siniestros, secuencias eróticas inquietantes…
Vista con detalle, El corazón del Ángel requiere de cierta complicidad por parte del espectador. Sobre todo, en las apariciones de Robert De Niro. No solo su artificiosa caracterización resta convicción al personaje; también ciertos golpes de efecto que más que impactar, distancian. Pero hablamos de una de esas películas cuyas imágenes se conservan en la memoria. De la misma manera que cada vez que vemos la silueta de un sacerdote acercándose a una casa envuelta en la niebla, pensamos en El exorcista, cuando recordamos un ascensor que no se detiene hasta llegar a las profundidades, es imposible no mencionar esta película de Alan Parker.
David G. Panadero
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Tit. Orig: Angel Heart. Estados Unidos, 1987. Director: Alan Parker. Guión: Alan Parker. Música: Trevor Jones. Fotografía: Michael Seresin. Intérpretes: Mickey Rourke, Robert De Niro, Charlotte Rampling, Lisa BonetEste ensayo colectivo, consistente en el análisis de 20 largometrajes, ha sido realizado por los cineastas Fernando Cámara y David Alonso y los escritores Francis Díaz, Jesús Fernández, Duvid Mdd, David G. Panadero, Alfredo Paniagua y Frank G. Rubio.Este monográfico sobre Detectives Raros en el cine se ha publicado originalmente papel, en la revista Prótesis, nº9 (Reino de Cordelia, ed.), en la primavera de 2017. Pide tu ejemplar en la librería madrileña Estudio en Escarlata.
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