Revista Economía
Un joven profesor de español en Nicosia explicaba a las cámaras de una televisión que cuando llegó al país hace unos cinco años se sorprendió sobremanera al ver el espléndido nivel de vida general de la población grecochipriota: casas de lujo, coches de lujo, dinero corrriendo con facilidad... Lo más soprendente con todo es que Chipre es apenas un enorme peñasco varado en el Mediterráneo oriental, una isla que nunca ha producido nada y que solo en los últimos años conoció un desarrollo importante del turismo de "sol y playa" mediante la explosión "a la española" del ladrillo.
¿Cómo era posible ese nivel de vida en un país misérrimo desde hace milenios, dividido en dos tras la ocupación de parte de la isla por Turquía y cuya economía ha estado subvencionada históricamente ¡por Grecia!?.
La respuesta es que Chipre se convirtió en pocos años en el principal paraíso fiscal de la zona. Cuanto hay en Chipre hoy día, sea capital financiero o inmobiliario cosntruido (otro reino del ladrillo: cientos de gigantescos hoteles y urbanizaciones de apartamentos construidos en los últimos años), proviene del dinero negro procedente de toda clase de tráficos, singularmente de los manejados por mafiosos rusos, quienes han convertido Chipre en una gigantesca lavadora.
Los depósitos bancarios atrapados por la Unión Europea (UE) en Chipre corresponden en su gran mayoría a 50.000 "inversores" (gánsters, en realidad) rusos, que naturalmente se han movido lo suyo estos días. En el interín, los ahorros de centenares de miles de grecochipriotas (la población del país no llega al millón de habitantes) están siendo usados como rehenes por unos y otros.
¿Qué ha ocurrido en Chipre? Pues que como consecuencia de las maniobras especulativas el frágil y desestructurado sistema financiero chipriota ha saltado por los aires, y la UE ha aprovechado para "castigar" a los bandidos internacionales que manejan los fondos blanqueados en la isla. Está bien que la UE se haya puesto las pilas y decidido acabar con la vergüenza que era/es el paraíso fiscal chipriota, pero resulta que la bofetada se la han dado en la cara a los pobres chipriotas que nada tienen que ver con tejemanejes de delincuentes. Por cierto ¿para cuándo una acción similar de la UE contra Gibraltar, esa roca en la que las empresas jurídicamente residenciadas pero sin un solo empleado, sobre todo españolas, duplican o triplican a la población gibraltareña?Todo el mundo sabe de dónde sale históricamente el dinero que nutre las cajas fuertes de la banca gibraltareña: del tráfico de drogas entre el norte de África y el sur de Europa y del ladrillo especulador salvaje de las costas españolas.
Si alguien tiene dudas sobre a quién perjudica lo ocurrido en Chipre, la reacción de Rusia debería resolvérselas al instante. Apenas abierto el abismo financiero para los chipriotas, el "solidario" Gobierno ruso se ofreció a comprar íntegramente las reservas de yacimientos energéticos chipriotas (gas), quedarse con toda la banca chipriota e incluso, en el colmo del sacrificio fraternal, instalar una base aeronaval en Chipre (culminando el sueño ruso marítimo de dos siglos, que no es otro que el tener una base militar en pleno Mediterráneo). Es decir, Rusia se ofrecía a comprar Chipre, evidentemente para proteger los intereses de sus mafiosos/inversores en la isla. La UE no ha aceptado, naturalmente. A los chipriotas, por su parte, ya todo les da igual: saben que pase lo que pase, ellos van a pagar los platos rotos.
A quien le parezca excesiva la identificación entre mafia y Gobierno ruso le recordaré una escena que presencié en Moscú a mediados de los años noventa. Durante un descanso en el autocar del grupo en el que viajaba por el país, una mujer española le preguntó al guía ruso si era cierto eso que se decía en los medios occidentales de que en el Gobierno ruso había ministros mafiosos. El guía, tras asegurarse de que ningún ruso oía sus palabras, contestó: "Señora, en Rusia no hay mafiosos en el Gobierno: el Gobierno es la Mafia".
Los chipriotas han probado las delicias de la prosperidad fácil que ha comportado tener una lavadora de dinero negro en casa. Ahora van a probar la hiel de que tener que vivir de otra cosa, una vez la máquina de hacer billetes se ha ido al carajo y no solo por voluntad de la señora Merkel y los malvados alemanes.
Y ustedes, españoles, no se dejen engañar. Al cabo, estamos en la lista. Recuerden que poco antes del estallido chipriota, el señor Mariano Rajoy ofrecía públicamente a los "inversores rusos" magníficas execciones tributarias si estimulaban con su dinero el ladrillo en las costas españolas. ¿España, nuevo paraíso fiscal ruso con la complicidad del Gobierno español?.