Si queremos mantener la buena salud de nuestros riñones debemos llevar una dieta adecuada, rica en verduras y frutas. Además, hay que beber, diariamente, un litro y medio de agua.
La sangre, además de transportar el oxigeno y los nutrientes necesarios para la vida, transporta, a veces, residuos tóxicos (procedentes de medicamentos y sustancias químicas) que nuestro cuerpo debe eliminar.
Nuestro "gran filtro" es el sistema urinario, y sus órganos centrales son los riñones. Tienen como función principal la depuración de la sangre. Retienen lo que el organismo puede aprovechar, como la glucosa, el agua y el sodio, y eliminan, a través de la orina lo que debe desecharse. Si no funcionan de forma correcta, los residuos pueden llegar a acumularse en el cuerpo y resultar nocivos (residuos como el ácido úrico).
Los riñones también regulan el equilibrio hidrosalino y la tensión arterial, y producen sustancias que estimulan la producción de glóbulos rojos en la sangre.
Para mantener una buena salud de nuestros riñones debemos, ante todo, beber agua suficiente para facilitar la expulsión de los desechos. Por otra parte, no debemos forzar a los riñones con dietas que no son adecuadas (dietas pobres en hortalizas, frutas y fibra, o ricas en azúcares y proteínas de origen animal), ya que nos arriesgamos a tener piedras en el riñón (litiasis renal) o una "grave" insuficiencia renal.
Las piedras consisten en la aparición de cálculos, formados por sustancias que se encontraban disueltas en la orina y que dejan de estarlo, sobre todo, calcio. Son más características de los riñones, aunque también pueden formarse en la vejiga urinaria, el uréter o en cualquier parte del tracto urinario.
Los hombres sufren los cálculos más que las mujeres; se presentan entre los 30 y los 60 años. Las personas con profesiones sedentarias o más expuestas al calor tienen más tendencia a producir piedras en los riñones.
La mayor parte de los cálculos están formados por carbonato de calcio y, en menor medida, por sales de óxido úrico, cistina y fosfato amónico magnésico, entre otros. A la hora de establecer un diagnostico es esencial saber de qué están compuestos los cálculos; así, no solo se adoptarán medidas para aliviar los síntomas, sino que también se podrá establecer un cambio de hábitos en la persona, tanto en su dieta cómo en su ambiente.
La situación más grave para nuestros riñones es la insuficiencia renal, que consiste en la pérdida de la capacidad de los riñones para producir orina, a través de la cual se eliminan desechos residuales que hay en nuestro cuerpo. Requiere tratamiento hospitalario. En algunos casos se ha de recurrir a la diálisis para hacer la labor depurativa que los riñones ya no pueden realizar.