Ahora que comienza el frío es buena época de cultivar habas en nuestra huerta. A continuación, os voy a dejar una serie de indicaciones y consejos para llevar a cabo un buen cultivo de habas.
Clima y suelo
Las habas necesitan un suelo equilibrado, aunque demuestra una buena adaptación a los suelos más variados, siempre que no sean secos o se encharquen.
El clima ideal es el templado: si la tempoeratura desciende por debajo de -5ºC la planta puede morir. También teme la sequedad prolongada.
Consejos sobre el cultivo del haba
- Es aconsejable utilizar el haba como cultivo de renovación y como comienzo de un proceso de rotación, ya que durante su desarrollo el haba fija el nitrógeno en la tierra, haciéndola más fértil.
- Se asocia bien con la lechuga y la patata al comienzo de su ciclo vegetativo.
Siembra del haba
En otoño en las regiones meridionales y a finales del invierno en las regiones septentrionales, a una distancia de 50-70 cm entre hileras y a 15-25 cm de la hulera. La profundidad de la siembra es de 4-8 cm.
Abonos y cuidados
Enterrar estiércol madura a una profundidad de 30-40 cm con un aporte fosfatopotásico. Entre los cuidados, además de escardar y remover el suelo, es preciso practicar el aporcado para proteger la planta del frío y favorecer la emisión de nuevas raíces. También hay que despuntar los tallos cerca de la floración para eliminar los áfidos y adelantar la fructificación.
Cosecha
Se diferencia en función del uso. La semilla seca se recoge al llevar el verano, pero las vainas para el consumo fresco se recogen escalonadamente antes de que las semillas maduren del todo.
Posibles plagas de las Habas
Los parásitos que atacan al haba son comunes a los de otras leguminosas de huerto. La orobanca, que es un parásito vegetal cuya parte subterránea se aferra a las raíces del haba. La lucha preventiva se basa en el empleo de semillas libres de orobanca.
Los áfidos provocan que la planta se seque. La lucha preventiva contempla la eliminación de las partes fuertemente infestadas y la reducción de aporte de abonos nitrogenados. La lucha directa se realiza mediante riego con extracto de ortiga y ajenjo con un 0,3% de jabón en pasta diluido en agua en una proporción de 1:5. Se repite el riego durante tres días consecutivos. En caso de plagas fuertes, se puede intervenir con piretro.