¡Os traigo una nueva reseña! En esta ocasión se trata de una novela controvertida y bastante rocambolesca: El cura, de Thomas M. Disch, ambientada tanto en el estado americano de Minneapolis como en la Francia medieval. Ya la tenéis disponible, como siempre, en La Espada en la Tinta.
Si os dijera que la Iglesia está corrupta, no os extrañaría, ¿verdad? Y si os contara que, a pesar de las reformas que han tenido lugar a lo largo del tiempo, continua poseyendo los mismos vicios que desde su surgimiento en la Edad Media, me parece que tampoco os asombraría demasiado. En nuestro mundo actual encontramos, adaptados a nuestra sociedad, los mismos defectos que tantas veces les reprocharon nuestros antepasados. No hace falta ir demasiado lejos: el año pasado resurgían los casos de abusos a menores por parte de la jerarquía eclesiástica. Con ello no estoy juzgando la fe que cada uno posee -y que es libre de practicar-, sino a los dirigentes de una Iglesia en franca decadencia. ¿Por qué creéis que en la Edad Media aparecieron tantos grupos -herejías las llamaban ellos- que practicaban una religión más cercana a los Evangelios, desviada ligeramente de la doctrina oficinal? Porque veían la corrupción imperante en la Iglesia católica. Los casos de simonía -la compra y venta de cargos eclesiásticos, reliquias o promesas espirituales- eran, por ejemplo, muy frecuentes en el medioevo. ¿Cómo pensáis que se reformó la basílica de San Pedro, en Roma, a mediados del siglo XV? Por la venta de indulgencias. El enriquecimiento de las iglesias y, sobre todo, la ruptura del voto de castidad entre los clérigos fueron también pecados que demostraban la corrupción y el extravío del estamento eclesiástico. Os preguntaréis por qué os cuento todo esto. Pues bien, El Cura, de Thomas M. Disch es un auténtico alegato en forma de novela de la situación de la Iglesia antigua y actual. Continuar leyendo