Aquí os traigo la reseña de El curioso incidente del perro a medianoche, de Mark Haddon, un libro sin duda alguna muy especial y fuera de lo común.
Christopher es un chico con síndrome de Asperger que vive con su padre en Swindon. Una noche descubre el cadáver de Wellington, el caniche de su vecina, atravesado por dos horquillas de jardín. La señora Shears, dueña del perro, llama a la policía, que comienza a interrogar al chico. Christopher empieza a sentirse agitado por tantas preguntas, y uno de los oficiales intenta agarrarle de un brazo, lo que provoca que el chico le golpee y se lo llevan a comisaria hasta que su padre lo recoge.
Christopher decide entonces investigar el caso para limpiar su nombre. Sin embargo, su investigación se ve gravemente limitada por sus temores y dificultades a la hora de interpretar el mundo que le rodea. Durante su investigación, Christopher se verá forzado a entrar en contacto con gente con quien nunca se ha relacionado, a pesar de que viven en su misma calle.
Christopher no es un chico cualquiera: sufre Asperger (muy parecido al autismo de alto funcionamiento) y es un genio matemático. Este entrañable narrador presenta lo que él considera "su propia novela de misterio" tras encontrar muerto al perro de su vecina, Wellington. ¿Quién pudo matarle?
Poco a poco, irá descubriendo cosas que se entrecruzarán con otro caso totalmente distinto e inimaginable. Y es que, gracias a su investigación, Christopher descubrirá sobre otro misterio que, de hecho, está relacionado con él.
Opinión Personal (sin spoilers) Acostumbrados a leer historias contadas por narradores "comunes, como nosotros", El curioso incidente del perro a medianoche rompe totalmente con esto. Christopher será, en este caso, el que nos cuente lo que sucede, todo desde su punto de vista. Y este es el toque mágico de la historia.
Nuestro protagonista tiene el síndrome de Asperger, por lo que no siente empatía alguna. Christopher tiene una memoria fotográfica increíble, un don para las matemáticas, y no entiende los chistes ni las metáforas. Su mascota, Toby, es una rata. Odia los colores amarillo y marrón y por ello, no se come nada de ese color (a no ser que lleve colorante). Y nada de hablar de contacto físico, ya que se puede poner violento si alguien se acerca demasiado. Adora las listas, los horarios, y cualquier cosa lógica; es decir, nos encontramos con un personaje muy distinto a los que conocemos.
La prosa de Haddon es exquisita: se mete por completo en la piel del protagonista, y hace que, por una vez, podamos comprender qué se pasa por la cabeza de gente con este tipo de síndromes. Como lectores, la historia resulta muy cómica, pero a la vez nos hace reflexionar sobre el mundo en el que vive la gente como Christopher, y lo difícil que es sobrellevar situaciones aparentemente simples y rutinarias.
La historia en sí podría ser considerada surrealista, y hasta cierto punto absurda. Pero esto es un gran error. Si algún lector lo ve así es porque no lee entre líneas. Imaginemos que la historia estuviese narrada por una tercera persona; o incluso mejor, por una primera sin padecer lo que Christopher sufre. Desde un principio, y ya en los primeros tres capítulos, el lector sabría por dónde van los tiros. Sin embargo, al percibirlo todo como lo percibe el narrador, a nosotros también nos cuesta descubrir qué está pasando. Nos resulta surrealista porque hay aspectos que Christopher omite o no entiende, haciendo que la historia se complique incluso más.
Un punto que me ha encantado y que le da más realismo y vida al narrador ha sido su imposibilidad de seguir la historia de manera lineal, sin andarse por las ramas. Muy comúnmente, nos encontramos con capítulos que no tienen nada que ver con la trama, como bien podría
ser la explicación de un gran misterio matemático. Además, mientras nos va contando lo que sucede, se acuerda de otra cosa que decide meter en "su libro", como viejos recuerdo o aspectos que relaciona con lo que vive.
Es frecuente también toparse con mapas, dibujos y esquemas en el libro porque es una forma que tiene el narrador para describir mejor lo que está viviendo. En ocasiones le da la sensación de que el lector tal vez no le comprenda, y por ello, utiliza este recurso. Un puntazo que hace de la novela una obra maestra junto a sus otras muchas genialidades.
Así que animaos, y si tenéis a mano el libro, que es el típico que hay por casa porque tus padres se lo han comprado debido a su gran éxito (ha recibido importantes premios como el Premio para Escritores de la Commonwealth), leedlo. Es una lectura que os enamorará por su peculiaridad y que vale la pena.