Recientemente se ha reabierto el debate sobre la necesidad de una Quinta Internacional. Incluso en una web se recogen adhesiones a nivel individual donde figuran grandes líderes de la izquierda. Los temas a tratar en esta futura Quinta Internacional son, a juicio de los convocantes (cito literalmente): la producción económica, consumo y distribución, relaciones entre clases; la atención de la familia, socialización, trabajo de hogar y procreación, incluyendo género, sexualidad y edad; las relaciones culturales entre comunidades, razas, nacionalidades y religiones; la macro política y la micro política, los proyectos de leyes y reglamentos; las relaciones internacionales, los asuntos de solidaridad, intercambio y migración; y la Ecología, contemplando las relaciones con el medio ambiente y todas las especies que habitan el planeta. Los temas parecen muy oportunos. Es de destacar que esta Quinta Internacional no se plantea como en las antiguas convocatorias, como escisiones (anarquistas contra socialistas, socialistas contra comunistas, o estalinistas contra trotskistas), por el contrario parte del carácter plural de los movimientos sociales. Aunque ya Michael Löwy habló de esta Quinta Internacional a partir del movimiento Zapatista, la esencia fundamental de este movimiento, inspirado en los postulados de lo que se ha venido a llamar Socialismo Bolivariano, a mi (perdónenme) me desconcierta un poco. Sabrán, y no es la primera vez que lo comento aquí, que el Señor Chávez no es santo de mi devoción, eso de mezclar a Lenin con Bolivar no me parece un coctel apropiado. Pero comprendo, y reconozco ciertos avances que ha conseguido en el panorama lationamericano, y si hace falta me fustigo con mi culpabilidad eurocentrista,... pero ni por eso parece convencerme. Creo, desde luego, en una Nueva Izquierda sobre la base de la democracia radical, igualmente jacobina que marxista, que impulse un sistema económico más justo, más solidario, y no creo que el modelo personalista y militarista de Hugo Chávez Frias o antes de Fidel Castro, sea ese. Por todo ello permítanme que sea incrédulo con esto de una nueva Internacional.