Hablar de cocina mozárabe en Sevilla es deleitarse con la cocina de don Raimundo, fundador del restaurante que lleva su nombre, sobre el que ha volcado todo su saber sobre la gastronomía y otras artes.
Colas de langostinos
Desde hace 45 años, el Mesón Don Raimundo destaca desde su callejón en la calle Argote de Molina, a las espaldas de la Catedral y la Giralda, con sus magníficas vistas. Su interior está aprovechado al máximo en cuanto a motivos decorativos y artísticos, con varios salones decorados al uso del siglo XV con valiosos cuadros, muebles y utensilios de cocina de la época.
Su cocina es excelente y hace honor a sus raíces mozárabes, resultado de cómo cocinaban los cristianos que vivían en el territorio musulmán de Al Ándalus. Nos deleitamos con el ajo arropao, un gazpacho templado que llevaban los jornaleros, en los latifundios, para comer algo consistente; las colas de langostinos: los chocos con uvas, otra delicia con reminiscencias árabes; bacalao con pasas; hamburguesa de ave con mostaza casera de manzana y más.
Ajo arropao
Para el gastrónomo Don Raimundo Fernández -aparte de haber sido tertuliano, de tener una voz prodigiosa, ser poeta, entre otras muchas habilidades- los postres merecen un destacado por su originalidad y aromas: sueños de Sevilla, ciruelas pasas en arrope, higos y dátiles mozárabes, es decir, evocaciones de canela, azahar, almíbar, etc.
Variedad de postres
Comer en Don Raimundo sale por unos 20 euros aproximadamente y también nos da la posibilidad de alojarnos en el Hotel Convento La Gloria, con unas magníficas vistas a la Giralda. También la gestión de este hermoso hotel con encanto ha pasado a manos de sus dos hijas, que le darán un toque de modernidad a toda la oferta hostelera, heredada de Don Raimundo.
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