Hablábamos en el post anterior sobre lo mucho que han cambiado los puestos de trabajo desde la Revolución Industrial y sobre cómo respetar esta actualidad laboral y nuestros espacios. Puedes leerlo completo aquí: El desafío de trabajar en la actualidad. Respetando espacios.
Esta semana, trataremos sobre Nuestra Intimidad y la Intimidad de la Familia porque, cada persona es un mundo y no todos se muestran igual en su puesto de trabajo como en la intimidad de su hogar o familia. Debemos respetar y dejar de lado la sensación de que esa actitud pueda ser perjudicial o deshonesta.
La principal razón radica en mantener ese espacio propio de privacidad en el que solo entran quienes nosotros queremos que entren, condición necesaria para mantener nuestra serenidad interior, nuestra paz y un respeto por nosotros mismos y por las personas que forman parte de nuestra unidad familiar.
Con el ritmo de trabajo actual es más completo mantener intacta esta zona y es común llevarse los “problemas a casa” y a cualquier lugar al que queramos escapar para vaciar la mente y el alma. Pero parece que nos persigue el ruido, la ansiedad, la angustia y el agotamiento.
¿Cómo respetar esta Intimidad?
* Respetando Nuestra Intimidad y la Intimidad de la Familia dejaremos de sentirnos utilizados, angustiados o incomprendidos, encontrando en nuestro “espacio íntimo” la protección, apoyo y alivio que tanto necesitamos.
* No dejando nunca las conversaciones a medio entender o a medio decir porque eso genera malos entendidos, tensión, irritación y odio por las circunstancias que, en el fondo, sabemos son pasajeras.
* Valorándote a ti misma para lograr así valorar a los demás: tu entorno inmediato (familia) y tu entorno laboral. Si te valoras, te aceptas y dejas de sentirte incomprendida. Dejarás de pensar que el mundo confabula en tu contra.
* Aprendiendo de las circunstancias para volver a (re)distribuir/descubrir el tiempo y las necesidades del momento actual. Dando gracias por respirar hará que empieces a ver en tu día a día, pequeños regalos y lecciones: canciones, sonrisas, amistades… Si disfrutas de tu día a día, empezarás a disfrutar de tu vida y empezarás a ver lo que ya tienes, dejando de añorar lo que pudo ser en tu pasado (ese que ya no vuelve
* Respetando tus propios límites para lograr así no ser “hiperexigente” con los demás ya que, los límites, son tuyos, de tu persona. Aceptarse primero genera reconocimiento, lo que a su vez provoca que valores lo que ya tienes (capacidades) para pasar a la acción y empezar a ver qué es lo que quieres.
Escribe libremente tus necesidades ahora, lo que quieres y crees de ti. Escribe qué necesitas de los demás.
Con todo lo dicho lograrás simplificar sentimientos para que las situaciones que te desbordan o que no sabes cómo enfocar verbalmente dejen de ser una carga que te genera sensación de desamparo e incomprensión