¿Quién no se acuerda de su primer amigo? La amistad será una pieza clave a lo largo de toda nuestra vida. Aunque no siempre fue así. En los primeros meses, aunque ya somos sociales, no tenemos, ni buscamos el mismo vinculo que haremos en un futuro. La amistad en los niños, es algo imprescindible para ellos. Y de ella dependerá en mucho el caracter y la personalidad del niño. Hoy vamos a ver la importancia que tiene la amistad dependiendo en cada una de las fases del niño. Además veremos algunos consejos para conseguir que nuestro niño se aprenda a relacionar mejor con los demás niños. Algo fundamental en un mundo en el que tenemos que vivir en un sistema social.
Los amigos.
Los amigos son una pieza fundamental en nuestras vidas. Nos aportan muchas más cosas de las que nos imaginamos y nunca pensamos. Creemos que un amigo es alguien para tomar una copa y no estar solos. Pero, además de eso, nos aportan mucho más de lo que nos imaginamos.
De hecho, la salud emocional de los niños dependerá mucho de nuestro circulo de amistades. El ser humano es social por naturaleza. No es que nos gusten las relaciones con otras personas, sino que es vital para nosotros tenerlas. Para sentirse realizado en nuestra vida. Hay un dicho famoso que dice: “Da lo mismo lo que hagas, si no tienes a nadie a quien contarselo.” Esta necesidad empieza desde una temprana edad, antes de los 2 años de edad. Y se mantendrá durante el resto de la vida. Aunque seguro que hay puntos en nuestra vida en la que queremos alejarnos de nuestros amigos. Esto son fases temporales.
Los beneficios de la amistad.
Hay que dejar claro que no todas las amistades son buenas. De hecho, hay amistades que nos pueden hacer sentir mal, o hacernos daño. Es importante saber escoger bien los amigos, aunque eso es más dificil poder enseñarselo a nuestro niño. Una amistad puede conseguir grandes beneficios para los niños, entre ellos vamos a ver algunos:
- Desarrollo de las habilidades personales. El relacionarse con los demás, hace que mejoremos y aprendamos trucos a la hora de tener que relacionarnos con la gente que nos rodea. Un ejemplo será muy bueno para trabajar en equipo.
- Comunicarse. El hablar con niños de su misma edad, hace que trabajen la comunicación, tanto hablar e intentar hacerse entender. Como escuchar diferentes formas de expresión que a lo mejor no ha escuchado a otras personas.
- Colaboración. Los amigos, suelen ponerse de acuerdo para perseguir los mismos objetivos. Lo que hace que tengan que colaborar juntos.
- Entender las emociones. Tanto las suyas como las de los demás niños. Cuando tenemos una relación de amistad, solemos mostrar más nuestros sentimientos. Lo que hace que tengamos que ejercitar más nuestro ego. Y lo mismo nos ocurre cuando nuestros amigos nos expresan sus sentimientos.
- La empatía. Es una de las habilidades más sorprendentes del ser humano. El ser capaces de ponernos en la situación de los demás. Consigue que nos ayudemos los unos a los otros. Y que podamos sentir lo que sienten los demás antes diferentes situaciones. De hecho, en la infancia, la empatía puede estar muy desarrollada. Pero, es el tiempo lo que va disminuyendo su fuerza.
- El tener amigos, repercute directamente en la autoestima que sentimos. Nos ayuda a ser más felices y sentirnos más integrados en el grupo en el que lleguemos nuevos.
- Educación. Cuando pensamos en educación y en conocimiento, siempre nos viene a la cabeza la relación y las normas que nos ponen nuestros padres. El colegio es donde nos enseñan la historia, la ciencia… Pero, nos olvidamos que pasamos una gran parte de nuestro tiempo con los amigos. Los cuales, serán responsables de pegarnos modales, costumbres… E incluso nos enseñarán. Cuando no sepamos algo, se lo preguntaremos antes a un amigo que a un profesor.
La amistad según las edades.
Es evidente que la amistad no es igual a todas las edades. Tenemos un ejemplo claro, en nosotros mismos. Seguro que has pasado por diferentes fases de amistad con tus amigos. En la adolescencia, los amigos, son lo primero, antes que la familia. Creemos que lo saben todo y que siempre estarán allí. Mientras que según pasa el tiempo, y nos quedamos con menos tiempo para ellos, por el trabajo, la familia… Aunque seguimos el contacto, vemos que el número de amigos se reduce y aunque sigan siendo importantes. La familia en esta ocasión va primero. Más adelante, pasaremos por más fases, en la que nuestros niños serán adolescentes y nos vayan dejando de lado, nuestra vida se vaya asentando. Y entonces tengamos más tiempo para recuperar con los amigos. Y nos servirán como apoyo para darnos fuerza.
Cuando hablamos de los primeros momentos en los que nos empezamos a relacionar. Podemos decir, que es desde que empezamos a ver con más claridad en los primeros meses. Entonces seguimos con la mirada aquellas personas que llamen nuestra atención.
Ya desde los 10 meses, nos encontramos con niños que se interesan más por los demás niños que otros. E incluso les siguen en el parque. Aunque la relación es mínima o nula. Tan solo seguir y observarles.
Es a partir del añito, que los niños empiezan a tener más relación con otros niños. Aunque aun no podríamos hablar de una amistad. Se quitarán cosas, se dejarán cosas, e interactuaran con pequeños ruidos y gestos.
Podemos decir que es casi a los dos años, que los niños ya empiezan a tener relaciones de amistad. De hecho, ya empiezan a clasificar en quien les cae mejor y quien les cae peor. Van creando sus pequeños grupos de amistad, en función de los mismos gustos. Nos encontramos los niños, ya van sacando su personalidad o caracter propio. Los niños tímidos que se dejan guiar más, los niños más extrovertidos que se relacionan con todos… Desde este punto, los niños tendrán necesidad de estar con más niños y notarán cuando les falta.