Revista Opinión

El desarrollo no reduce la emigración

Publicado el 25 marzo 2014 por Vigilis @vigilis
El pensamiento más extendido es que existe una relación inversa entre emigración y desarrollo. Cuanto más desarrollado sea un país, menos emigración emitirá y cuanto más emigra la gente de un país, menos desarrollado será ese país. Estas ideas se repiten constantemente. Tenemos por ejemplo a la UE con programas de ayuda a Serbia para frenar su emisión de emigrantes. Cada poco tiempo los medios nos repiten aquello de que la gente emigra para buscar una vida mejor, cosa que es cierta, pero que encierra la conclusión errónea de que si esas personas tienen más desarrollo en su país, emigrarán menos. El error de interpretación sospecho que está en la confusión entre "tener más oportunidades" y que tu país esté "más desarrollado".
Una de las estrategias de los países receptores de emigración es la de ayudar al desarrollo a los países emisores. La evidencia estadística sin embargo muestra que los países menos desarrollados no emiten emigración y que son los que están desarrollándose los que sí la emiten. Esto tiene sentido a la luz del modelo de movilidad de Zelinsky.

El desarrollo no reduce la emigración

¿Qué relación hay entre este modelo y el de la transición demográfica?

En el modelo de Zelinsky, las sociedades premodernas o preindustriales apenas tienen migración interna. Mucho menos tendrán emigración a otros países. Los datos del Banco Mundial y de Naciones Unidas parecen corroborar esta idea (y digo "parecen" porque la propia forma de calcular flujos de migración internacionales tiene sus limitaciones: los países pobres no tienen censos serios y otros países tienen que calcular esas emigraciones en función de los residentes en el extranjero. Un lío).
Así, los datos de los últimos cincuenta años que cruzan proporción de emigrantes con renta per cápita a dólares constantes muestran una pendiente positiva entre los 600 y los 7.000 dólares. Es decir, los países según van aumentando su renta per capita, aumentan su número de emigrantes (aumento absoluto y relativo). Estos son los "países pobres" y este dato indica que según se van enriqueciendo pasan a emitir más emigración.
Entre los 7.000 y los 8.000 dólares tenemos el máximo de la función y por tanto el cambio de tendencia. Los países (personas) con rentas superiores a los 8.000 dólares tienen menos población residiendo fuera.

El desarrollo no reduce la emigración

Michael Clemens

Hay otra forma de analizar esta relación. Y es viendo no la cantidad de emigrantes, sino el flujo neto de emigrantes a lo largo de una década. En las últimas cinco décadas no hay una relación inversa entre flujo de emigrantes y renta per capita por debajo de los 6.000 dólares.

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Michael Clemens

La evidencia sugiere que entre los 6.000 y los 8.000 dólares de renta per capita es cuando el "efecto" desarrollo->reducción de la emigración empieza a tener sentido. Pero ojo, porque no estamos hablando de países pobres. Con 7.000 dólares de renta per capita el Banco Mundial califica a un país como de renta alta.
A un crecimiento aproximado del 2% anual, los países con 1.000 dólares de renta per capita tardarían más de un siglo en alcanzar el punto donde comienzan a disminuir sus emisiones de emigración. Durante ese siglo y mientras se desarrollan, estarían incrementando sus flujos de emigración. Entre estos países están Etiopía y Bangladés. Etiopía cuenta con unos 90 millones de habitantes. Bangladés con 170 millones. Y pese a que reducen su tasa de fecundidad, tienen robustos crecimientos vegetativos.
Explicaciones

El desarrollo no reduce la emigración

Inmigrantes jubilados de otros países.

¿Qué explica esta relación entre desarrollo y emigración? Como con todo lo que tiene que ver con la acción humana, hay una abanico amplio de explicaciones.
En primer lugar está la transición demográfica. Países con población joven son más propensos a emitir emigrantes ya que los jóvenes están más dispuestos a moverse. Cuando un país reduce su tasa de natalidad y la población comienza a envejecer, será menos susceptible de emitir emigración. Algún día habrá que hablar sobre cómo se está reduciendo la natalidad en todo el mundo.
En segundo lugar está el coste del viaje. Si tienes lo  justo para vivir, es muy complicado que puedas moverte. Pero si tu situación ha mejorado un poco y tienes un pequeño plus que puedes invertir en pasaportes, transportes, sobornos, etc. estás eliminando una barrera. Yo tengo cierta querencia a tratar el tema pobreza-riqueza como "gente que no se puede mover-gente que sí se puede mover". Aquí dentro también estaría el hecho de que un país en desarrollo comenzaría a tener una rudimentaria infraestructura de transporte.

El desarrollo no reduce la emigración

Locutorio peluquería. Pues eso.

En tercer lugar tenemos el flujo de información. Los primeros en emigrar proporcionan información valiosa a quienes piensan en emigrar. No sólo eso, sino que pueden crear redes de seguridad en el país de destino (véase los irlandeses en Nueva York en 1830 o los gallegos en Argentina en 1910).
En cuarto lugar tenemos la movilidad laboral. Aunque el país de origen se esté desarrollando, en campos donde no es competitivo tendrá un coste de oportunidad no buscar trabajo en lugares donde se puede ser más productivo con el mismo trabajo, experiencia e información.
En quinto lugar tenemos la desigualdad de ingresos que a partir de 1980 va de la mano del progreso económico (democratización de la tecnología). Si tu país se desarrolla, la diferencia entre ricos y pobres aumenta. Esto crea expectativas de mayores ingresos superiores a la capacidad del propio país de ofrecer oportunidades de mayores ingresos. Además, pobreza y riqueza son peores vistas en sociedades de extrema desigualdad (no sólo los pobres, sino los ricos también emigran, véase la emigración china al sudeste asiático. En países como Indonesia los chinos son inmigrantes prósperos que llegan con capital).
En sexto lugar están las políticas migratorias de los países receptores. La gente tiende a ir a donde es mejor recibida. La política de visados y permisos de trabajo no pasa desapercibida en los países emisores.
Cada una de estas explicaciones es susceptible de ser desarrollada y profundizada. Lo que cabe preguntarnos es si esta situación continuará en el futuro, qué factores determinan una mayor o menor importancia de una explicación u otra, qué papel juega la demanda de inmigración, cuándo se harán políticas en relación a la inmigración que destierren la falsa concepción de que "a más ayuda menos inmigración".
Referencias:
  • Michael Clemens. Does development reduce migration?
  • Hein de Haas. Migration transitions. A theoretical and empirical inquiry into the developmental drivers of international migration.


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