El desconocido

En El Desconocido (2015), Carlos (Luis Tosar), el director de una sucursal bancaria, recibe una llamada telefónica cuando, como cada mañana, lleva en coche a sus hijos al colegio. El anónimo que se encuentra al otro lado del teléfono le asegura que ha colocado bombas debajo de los asientos: si Carlos o cualquiera de sus hijos intentan salir del coche volarán por los aires.
El Desconocido supone el primer largometraje del cineasta español Dani de la Torre. El film camina por la senda que películas como Celda 211 o El niño, ambas dirigidas por Daniel Monzón, han ido trazando a lo largo de éstos últimos años (protagonizadas también, curiosamente, por el gallego Luis Tosar); films de género que, con mayor o menor acierto, han hecho suyas las claves del tan característico cine de acción norteamericano.
Vayamos por partes. En lo que a la narración se refiere, el guion de Alberto Marini parte de una dificultad fundamental: construir la mayor parte de la historia en un tiempo “casi” real (todo sucede en apenas dos horas) y en un escenario central relativamente pequeño (el interior de un coche). Peso a ello, cabe decir que las estrategias narrativas utilizadas por el autor son, en su mayoría, hábiles; salvo un par de puntos de giro ligeramente forzados, los elementos que hacen avanzar la historia resultan creíbles para un espectador que, eso sí, se haya sumergido en la película.


Y es ahí donde nace también el principal defecto de El Desconocido: esa suspensión de incredulidadque el espectador debe aceptar es la que podría hacer naufragar el film, problema que, no obstante, se ve notablemente resuelto gracias a un castingmás que acertado (fabulosos, como siempre, Luis Tosar, Elvira Mínguez y Javier Gutiérrez) y al buen hacer de su director, quien, aun imprimiendo en su ópera prima unas características más cercanas a un cine de carácter industrial que a un discurso personal, demuestra manejar con soltura las herramientas cinematográficas que le permiten elaborar con bastante acierto una atmósfera angustiosa.
En una frase: El Desconocido carece de personalidad (tampoco parece buscarla) pero supone un entretenimiento muy efectivo.
Pelayo Sánchez.