Revista Cultura y Ocio
A veces entre miles de palabras, frases, dibujos y lecturas, encuentras autores que, por una u otra razón son especiales y llegan a ti en el momento justo, cuando más necesitas sus letras y cuando más tienen que contarte.
Eso me pasa a mí con Silvia G. Guirado. Ya os conté que Carmesina, su protagonista estrella y Matilda se hicieron amigas en las redes sociales y desde entonces se pasan el día cotorreando, compartiendo tés y opinando sobre nosotras (aunque ellas creen que de esto no nos hemos dado cuenta).
Mientras, Silvia y yo también nos hemos ido acercando y ahora compartimos proyectos, ilusiones, pasión por las lanas, recetas de magdalenas… Tuve la suerte de conocerla en persona cuando viaje a Barcelona y la sensación de que aún nos queda mucho por contarnos.
De este viaje me traje un regalo especial, su último libro (por supuesto, con dedicatoria chachi), El despertar, en el que cambiamos de protagonistas y conocemos más de cerca a dos personajes que se acercaron a nosotros en Los colores olvidados y La inspiración dormida pero tímidamente. Esta vez vamos a saber mucho más sobre ellas y si ya las primeras veces nos parecieron grandes (a pesar del tamaño de una de ellas) ahora nos van a demostrar hasta qué punto lo son.
Bella y Griselda viven en el mundo de los cuentos y ambas tienen ya muy organizada su historia, un príncipe azul para cada una, una vida de castillos, pajaritos, vestidos preciosos y zapatitos de tacón tremendamente incómodos, un carácter dulce, sumiso y comprensivo y aspiraciones de ser bellas y dichosas y comer perdices pos siempre jamás, ¿o no? En teoría esto es lo que su escritor ha pensado para ellas pero ninguna de las dos tiene un carácter sumiso y desde luego, sus aspiraciones no pasan por ser bellas y dichosas sino por ser ellas mismas, con lo bueno y lo malo de cada una y vivir su vida como mejor les parezca, aunque a veces esta no sea feliz, feliz, sino real y con ratitos de todos los colores. Sobre los príncipes, uf, su idea de lo que debe ser un compañero no tiene nada que ver con los príncipes azules…
En fin, que estas princesas no tienen ninguna gana de seguir en su cuento y valientes y decididas como son, optan venir al mundo real para conocer qué hay más allá de los cuentos y buscar su lugar.
Como es natural, Mundo Real no es exactamente como pensaban y ellas tendrán que caminar mucho y por caminos mucho menos bonitos de lo que esperaban para ir encontrando lo que venían a buscar, ¿conseguirán no desanimarse?
Evidentemente este no es un libro de princesas clásico, las moralejas de los hermanos Grimm esta vez quedan un poco lejos y el mensaje del cuento es diferente pero, como entonces, muy importante.
Bella y Griselda podríamos ser cualquiera, personas que parecen valientes y decididas todo el tiempo pero que están llenas de dudas por resolver, o tal vez, personas tímidas, que parece que se asustan si no tienen quien les de la mano pero que, a la hora de la verdad son muy capaces de cualquier cosa y que son imprescindibles y fundamentales en su silencio. Gente como vosotros y como yo, con ilusiones y miedos, con ganas de comerse el mundo y de esconderse a veces, llenos de risas y lágrimas… ¿no tenemos todos un poquito de cada? Yo creo que sí y la búsqueda de estas dos princesas no es otra que la de todos y cada uno de nosotros, la que empezamos todos los días cuando nos levantamos, cada semana, al descubrir que es lunes, al comenzar o terminar periodos y etapas. La búsqueda por conseguir que nuestra vida se parezca a lo que nos gustaría, por ser mejores, por crecer… Y una búsqueda que no esconde que hay días peores y mejores y que nosotros unas veces tenemos más fuerza, más ganas y más risas y otras más lágrimas y ninguna gana.
Por eso me ha gustado muchísimo este libro porque, en una época en la que muchos esconden la cabeza, otros se sienten perdidos y una gran mayoría se deja llevar, Bella y Griselda me han recordado que aún queda gente dispuesta a buscar la felicidad y que esta no tiene que ver más que con nosotros mismos.
A medida que he ido leyendo los libros de Silvia he podido apreciar su crecimiento como escritora y si siempre ha tenido una luz especial (o por lo menos a mí me lo parece) a la hora de contar historias, esta vez me ha resultado aún más cercana. En este cuento ella, como sus personajes, ha crecido y ha hablado aún más claro, con un lenguaje accesible, con diálogos frescos y simpáticos, entrelazando acción y momentos profundos y haciendo que necesitemos saber cómo van evolucionando nuestras princesas.
Todo esto, acompañado y complementado con los preciosos dibujos de Marta García Pérez que llena de color el ambiente y nos muestra con más claridad aún si cabe la ternura, la decisión, la valentía o los miedos y las penas de estas dos protagonistas especiales.
Este es un libro ideal para regalar y mostrar a adolescentes porque, si todos vivimos en constante búsqueda son ellos los que aún conservan esa sensibilidad diferente para entender y cuestionar la vida más allá de lo que se ve a simple vista.
Por si quedaban dudas, este es uno de esos libros que, si se lee con la mente abierta nos va a contar mucho más y que nos recuerda que, con lo bueno y lo malo, la vida es una aventura estupenda.
A mí no me queda más que recomendároslo muy mucho y agradecerles a Silvia y a Marta el regalo que ha sido leerlo.