Revista Arte

El devenir de la vida, las vidas de una vida y el paso del tiempo.

Por Artepoesia
El devenir de la vida, las vidas de una vida y el paso del tiempo. El devenir de la vida, las vidas de una vida y el paso del tiempo. El devenir de la vida, las vidas de una vida y el paso del tiempo. El devenir de la vida, las vidas de una vida y el paso del tiempo. El devenir de la vida, las vidas de una vida y el paso del tiempo. El devenir de la vida, las vidas de una vida y el paso del tiempo. El devenir de la vida, las vidas de una vida y el paso del tiempo.
Al filósofo griego Heráclito (Éfeso, 535 a.C.-484 a.C.) se le atribuye el sabio aforismo que dice: Sabemos que la misma agua no pasa dos veces por el mismo cauce. Sabemos que la misma piedra no es pulida dos veces por la misma agua. En otro aforismo, Heráclito expresa: En el mismo río entramos y no entramos, pues somos y no somos ya los mismos. Es la filosofía o doctrina heraclitiana del cambio, del devenir, y que estará motivado ya por la lucha, por el conflicto y la supervivencia, es decir, por la superación de la vida.
Muchas religiones, orientales en su mayor parte, han señalado con este mismo propósito la senda de toda vida como un fluir cuasi interminable donde una esencia fundamental -espíritu o alma- circula en una espiral de reencarnaciones o vidas repetidas. Cierto es que también (sin perjuicio de la veracidad de la metempsicosis) se pueda establecer además una cierta analogía de lo anterior con el transcurso propio de la existencia temporal -real- de una vida.
Es como la evolución de cada individuo a lo largo de su vida, como la transformación habida en el yo interior de los seres humanos durante el desarrollo de toda su existencia. A su vez, se pueden corresponder además con las diferentes muertes que, en las distintas etapas de una misma vida, un ser humano pueda sufrir. Por ejemplo: de la niñez a la adolescencia hay una muerte; de la adolescencia a la madurez otra; de ésta a la vejez, una más. Son éstos los cambios, de aspecto, de pensamiento, de personalidad, de carácter, de fines o de sentido. Es decir, en el transcurso de una vida se pueden morir y renacer tantas veces como el ser lo necesite.
El gran poeta portugués Fernando Pessoa (Lisboa, 1888-1935), expresó genialmente, aunque con algún que otro sentido, parte de ese transcurrir existencial con el siguiente verso:
Sí, soy yo, yo mismo, tal cual he resultado de todo (...).
Cuanto fui, cuanto no fui, todo eso soy.
Cuanto quise, cuanto no quise, todo eso me forma.
Cuanto amé o dejé de amar es en mí la misma saudade*.
Y al mismo tiempo la impresión un tanto lejana,
como de sueño que se quiere recordar
en la penumbra a la que despertamos,
de que hay en mí algo mejor que yo.
(* Nostalgia, melancolía, añoranza, en portugués.)
En el Arte algunos autores han creado obras que han reflejado el paso del tiempo, las diferentes edades del Hombre. En esta entrada deseo expresar el sentido de esas diferentes personas, o vidas, que a lo largo de toda su existencia el ser humano pueda llevar a cabo. Aquél que fuimos ya no somos, el que seremos no tendrá mucho que ver con el que somos ahora. Hasta la esencia de lo que nos configura varía, ni las células, ni el ADN siquiera a veces, son los mismos en el devenir existencial; todo cambia, todo puede cambiar y, sin embargo, mantener una misma -¿única?- individualidad. Entender que el proceso es necesario e inevitable quizá nos haga, por fin, reconciliarnos de una vez para siempre con nuestro destino.
(Imagen de Joven peinándose, Giovanni Bellini (Venecia, 1429-1516), Museo de Viena; Lienzo Alegoría de las Tres Edades de la Vida (1512), del genial Tiziano, Galería Nacional de Escocia; Cuadro Vieja mesándose los cabellos, de Quentin Massys (Lovaina, 1466-1530), Prado; Las cuatro edades, de Eduard Munch (Loten, Noruega, 1863-1944); Mujer entre la juventud y la vejez, Escuela de Fontainebleau, siglo XVI; Las tres edades, del pintor italiano Giorgione (Venecia, 1477-1510); Heráclito, del pintor holandés Brugghen (1588-1629); Retrato de Fernando Pessoa, de Joao Luiz Roth.)

Volver a la Portada de Logo Paperblog